El moderar consiste en el disminuir la intensidad o evitar el exceso de una cosa. Cualquier hábito o comportamiento malo debe ser moderado en los mundos real y virtual que tiene plataformas sociales, medios de comunicación, información y herramientas para trabajar, estudiar o entretenerse. Más así y todo la vida no se trata solo de entretenerse sino de lograr empezar, desarrollar y terminar bien una tarea de tipo laboral, académico o social sin perder el tiempo o concentración en lo primero que nos haya llevado frente a nuestra pantalla en la oficina, cocina, sala de estar o donde nos sintamos cómodos para pensar y escribir o diseñar algo. Eso que solo sale bien cuando tenemos control de las distracciones que deben estar siempre controladas o moderadas.
Una de las herramientas más usadas en internet son nuestras redes sociales donde existe un sinfín de “amigos”, seguidores, suscriptores y el título elegido por cada red para catalogar a los “seres humanos” que tengan acceso a nuestras publicaciones. Las mismas que ser bien hechas y con responsabilidad, desde cosas serias, hasta bromas o “chistes” que se tengan en común entre internautas.
Sobre todo debemos controlar lo publicado y tener en cuenta que no sabemos si dicha idea, imagen o video puede estar guardado en algún lugar del inmenso universo en el que vivimos y alguna vez puede ir en nuestra contra al expresar otra cosa no en la nube o mundo virtual sino sobre la tierra y en realidad.
Moderar el espacio común
Requerimos un espacio y momento donde todo puede iniciar, desarrollarse y terminar bien con moderación, sobriedad y mesura, tengamos en cuenta que no por el hecho de tener la libertad de publicar lo que queramos en nuestros muros o espacios que nos den las plataformas sino lo hacemos haremos de nuestra imagen publica un desorden y desmadre por cualquier fotografía o video de mucha exhibición o palabras que no estén acorde a nuestra forma de pensar o acomodadas en el tiempo o lugar en el que hayamos hecho una publicación que cómo indica su nombre se trata de algo que es o estará público y que no sabemos realmente por cuánto tiempo ni donde o quien o para que lo verá. Esto a a su vez refleja la carencia de moderación podemos ponernos en riesgo o arriesgar a la persona “etiquetada” en una imagen que una vez haber sido hecho no hay vuelta atrás cómo el hacer o decir algo en la realidad que no podemos editar, borrar o manipular nuestra publicación.
Aunque sea divertido hacer público nuestros viajes, el poseer algo que no todos lo pueden o podrán tener algún día, siempre debemos aplicar la recomendación del filósofo francés René Descartes que decía, “cogito ergo sum” o pienso luego existo o pienso luego publico con moderación y cuidado mis ideas, momentos, pertenencias o lo que consideremos apropiado hacer público, que no porque sea un hábito en algunos sitios del planeta hacer público nuestra imagen semi vestida.
Todo eso puede servir para construir o destruir ideas o conceptos de otros y uno mismo, y que lo preferente sea que construya o edifique nuevos y mejores pensamientos, estructuras o imagen propia no solo para resultar siempre atractivo en la virtualidad sino estar sanos y cómodos con uno mismo en la realidad, lugar y tiempo que sirven y son todo para existir bien, en orden y con la moderación que ayuda a tener control de lo que pueda suceder mañana si hoy actuamos, decimos o hacemos cosas que no era la intención de “hacerlo a propósito”. Muchos anuncios una vez hechos públicos parecen haber sido hechos a propósito y no se arregla solo con haberlo borrado y listo sino sobre todo con el haber aprendido el valor e importancia de la moderación en nuestro actuar.