El cuerpo humano es una de las máquinas más fenomenales por lo que puede hacer, regenerar y enseñarnos siempre, cómo es el descubrimiento de un nuevo tipo de células en el cerebro que revolucionan la neurociencia.Este descubrimiento “abre inmensas perspectivas de investigación”, aseguró Andrea Volterra, de la UNIL y autor principal del estudio.
El cerebro está formado por dos grandes familias de células: las neuronas y las células gliales. Al menos hasta ahora, pues un grupo de científicos ha descubierto un nuevo tipo, lo que abre “inmensas perspectivas de investigación” en enfermedades como el alzhéimer y el párkinson.
Esos dos problemas que pueden ocasionar irregularidades en nuestro comportamiento, pensamientos y movimientos que queramos hacer con nuestro cuerpo.
El nuevo descubrimiento, que han denominado “astrocitos glutamatérgicos”, es una célula híbrida, a medio camino entre las neuronas y las células gliales.
Las células gliales desempeñan una serie de funciones estructurales, energéticas e inmunitarias, además de estabilizar las constantes fisiológicas.
Grandes avances
Estos “astrocitos” desempeñan un papel en un circuito que controla los movimientos y está alterado en el párkinson: la vía nigroestriada de la dopamina. Y rodean íntimamente las sinapsis, los puntos de contacto donde se liberan los neurotransmisores para transmitir información entre neuronas.
Debemos conocernos y cuidarnos más y siempre para lograr que nuestra “máquina” o carrocería funcione de acuerdo a las demandas que exijamos haga para nuestro beneficio o el de grupos humanos que formemos. Los neurocientíficos han sugerido durante mucho tiempo que los astrocitos pueden tener un papel activo en la transmisión sináptica. La Comunicación desde una NEURONA hasta un objetivo (neurona, músculo o célula secretora) es fundamental para que nuestro organismo cumpla funciones demandadas por nuestra mente.
Todo debe estar siempre en compañía de actividades y personas que le ayuden a estar activa, ocupada y funcional cómo cualquier órgano o miembro que no queremos o necesitamos que se atrofie para no terminar perdiendo su utilidad práctica en nuestra vida, que ha empezado con brazos, piernas, sentidos y órganos que deben estar en orden y funcionar bien para y por nosotros.