El gran discurso político de todos los tiempos cumplió 60 años. Fue uno de los discursos más importantes para la historia de la humanidad y se titula; “ Yo tengo un sueño”, de Martin Luther King. ¿Qué pasó con esos sueños? ¿Qué tanto se equipararon los derechos de las comunidades minoritarias tanto en Estados Unidos como en el resto del continente?. Muchos eventos positivos y negativos se han dado para la comunidad de afroamericanos en los EE.UU y el planeta, que hasta hoy día e incluso antes de aquella fecha en el país norteamericano siguen esperando días mejores.
Allí en el Mall de Washington DC un hombre logró movilizar a entre 200.000 y 300.000 en una época muy diferente a la de hoy. Organizó la marcha en un período de ocho semanas, sin celular, sin correo electrónico y ni siquiera faxes.
Eran otras épocas donde la motivación e intereses sociales importaban más que las publicaciones, canales virtuales o dispositivos usados para comunicar un mensaje. Lo que era más importante era lo que se hacía o haría a favor de grupos humanos específicos en eventos que lograron reunir a tanta o más gente que la presente en un evento cultural que funcione y se justifique por y para el público presente.
Hace poco se recordó el evento que fue una señal fundamental en la lucha contra cualquier tipo de discriminación, en particular contra la sufrida por afroamericanos en los EE.UU.
Parte de ese discurso decía: “Yo tengo el sueño de que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada y toda la carne la verá al unísono. Esta es nuestra esperanza”. Las palabras de Martin Luther King recuerdan a sus seguidores la necesidad de seguir avanzando en su propósito hasta que se haga justicia, pese a las dificultades, a la situación de injusticia generalizada ya los tensos escenarios que se vivían en el país a causa del racismo que cómo cualquier tipo de discriminación social va contra los parametros de convivencia social, formas de pensar y actuar del presente, dejando de lado toda segregación solo hacia las ideas y formas de sentir que separen o dividan a grupos humanos.
Impacto global
En palabras del secretario general de la OEA, Luis Almagro, “la marcha a Washington fue un punto de inflexión en la historia” porque abrió los ojos de la gente, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo. Almagro destacó que el mensaje de King “no sólo resonó entre los afroamericanos, sino que viajó por todas las partes. Se convirtió en un llamado a los pueblos indígenas, asiáticos, latinos, latinas, así como otros grupos que sufren discriminación racial y otras formas de discriminación”.
El diplomático uruguayo reconoció que la lucha por la justicia social está lejos de terminar: “La justicia social, la igualdad y el acceso a derechos siguen estando fuera del alcance de tantas personas en la región. La democracia es una meta, pero también es un proceso que evoluciona, retrocede, progresa”. Lo que debemos seguir o sostener es su progreso evitando que aquellas otras formas de gobierno la reemplacen, convirtiendo sueños de paz, comodidad y alegría en pesadillas que fueron vividas por las personas negras aunque sea diferente y no se haya alcanzado, el sueño aún debe mantenerse vivo y no borrarse de la mente de la población mundial que tuvo tiene y tendrá personas distintas en sus aulas, trabajo, barrio y toda su vida donde sea siempre, algo natural cómo el ver, escuchar y sentir nuestro entorno.
En la década de 1960 la mayoría de los países caribeños de habla inglesa no eran países. Todavía eran colonias. La mayoría de la población de los países del África subsahariana todavía eran colonos, más con el tiempo su realidad fue cambiando y quizás por el poderoso discurso que emergió desde la voz de Ltuther King hace 60 años.