En el Día Mundial contra la Trata de Personas, que se celebra este domingo, entidades sociales que ayudan a las víctimas en el proceso de recuperación advierten del aumento de los casos captados a través de redes sociales y entornos digitales, cuyas víctimas siguen siendo mayoritariamente mujeres aunque crecen los casos de hombres, vinculados muchos de ellos a la explotación laboral.
En este día, la ONU hace un llamamiento a los gobiernos, las fuerzas de seguridad y la sociedad civil para fortalecer la prevención, la identificación y el apoyo a las víctimas y alerta de que las crisis mundiales, los conflictos y la emergencia climática están aumentando el riesgo de trata.
“Las personas que no gozan de un estatus legal, que viven en la pobreza, que tienen un acceso limitado a la educación, a la atención sanitaria o a un trabajo digno, que sufren discriminación, violencia o abusos, o que proceden de comunidades marginadas, son a menudo los principales objetivos de los traficantes”, destaca Naciones Unidas en su campaña.
MILLAR DE VICTIMAS
Cruz Roja ha detectado un cambio significativo en los casos detectados: por un lado, el aumento de captación a través de redes sociales y del entorno digital, pero también de las víctimas que sufren múltiples violencias.
La trata de personas se aprovecha de las situaciones de vulnerabilidad que atraviesan mujeres, menores y hombres, muchos de ellos sufren pobreza y violencia, para sacar beneficio a través de esa explotación sexual, laboral, mendicidad o para actividades ilícitas, explica Irene Sotelo Reyes, de la Unidad de Trata de Personas de Cruz Roja.
La organización, que atiende a un millar de víctimas al año, desarrolla programas desde los años 90 de acompañamiento y formación para estas víctimas en su fase de recuperación de derechos.
“Hemos observado un aumento en la captación de personas tanto a nivel transnacional, como dentro España a través de redes sociales; muchas de las personas en situaciones de trata a las que atendemos han sido controladas y coaccionadas por esta vía”, asegura.
“El control se hace a través de sus dispositivos móviles y la ubicación tanto de los dispositivos como de distintas aplicaciones; la coacción también se materializa a través de vídeos y mensajes que les son remitidos a sus móviles, principalmente con imágenes de sus familiares en países de origen”, relata esta experta.
EFE