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Insectos a la carta

El insecto no solo ocasiona sustos, asco, pica o se defiende cómo puede o incómoda sino también puede ser comido y ser parte de nuestra alimentación. Algunas alimañas aprobadas para introducirlas a nuestra boca son:   los pulgones, escarabajos, mariposas, moscas, chapulines, gusanos de maguey, jumiles y escamoles y no cualquier ser extraño que se esconda o vague por la tierra, aire o agua. Dicen que tienen un alto contenido proteico. Lo que antes nos daba asco puede ser un factor nuevo en la alimentación. 

En Italia se encuentra en experimentación pastas con bichos. Algo que para algunos sería una falta de respeto ser servido un plato de ravioles, pastas o capeletti con bichos en medio de su comida. 

Un  nuevo territorio gastronómico

En un pequeño depósito cerca de los Alpes, en el norte de Italia, se resguardan millones de grillos en contenedores apilados unos encima de otros. No paran de saltar y cantar; muy probablemente ignoran que están a punto de convertirse en comida. El proceso es simple: son congelados, antes de hervirlos, secarlos y finalmente pulverizarlos para mezclarlos finalmente con el plato que se servía con vegetales, carnes o salsas específicas que daban el sabor característico que uno busca en sus pastas. En esa  granja de insectos, la más grande de Italia, cada día cerca de un millón de grillos son transformados en ingredientes alimenticios. 

A principios de año, la Unión Europea (UE) autorizó la venta de insectos para consumo humano, pero ¿habrá un cambio de actitud en toda Europa?, continente de donde han salido muchas teorías políticas, económicas y códigos gastronómicos que han llegado a mesas mundiales  con mucha aceptación. 

Ahora parece que este recetario se agregaría un nuevo ingrediente que añadiría un nuevo sabor valor nutricional a lo que antes degustaremos en nuestros platos italianos.

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