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Estudiar y trabajar ya no es el camino

Vivimos en una sociedad donde se nos enseñó que, si trabajamos duro podremos lograr todo lo que nos propongamos, y que por lo tanto los mejores calificados se merecen los mejores lugares en la vida. La corrupción es un problema complejo con muchas causas posibles, donde una de ellas es aceptar un cargo por el cual no se esta preparado.

Pero, nuestra sociedad ¿está realmente cumpliendo esto? ¿O es la meritocracia más un mito que una posibilidad?. Un ejemplo actual lo constituye el JEM que como órgano de sanción y separación de sus cargos a magistrados corruptos no ha tenido mayor éxito, aunque sus presidentes fueran laureados profesores – doctores que no tienen capacidad de reacción. En la práctica, la meritocracia puede ser más un ideal que una realidad en el Paraguay. Citemos algunos factores: Desigualdad de oportunidades, Redes de contactos y nepotismo, Discriminación, Valoración subjetiva del mérito, Influencia de factores ajenos al mérito como la suerte y el azar.

Actualmente tenemos que entender la lógica de mercado. El capitalismo no es un ente moral, tampoco inmoral, sino que es: a-moral (carece de valores morales), y por esto, el viento que impulsa sus velas no proviene de la virtud, sino del lucro. Por ello es que nos acostumbramos a ver cómo el mercado recompensa el robo, la corrupción, la traición, el asesinato, el trafico de drogas, el lavado de dinero; y también vemos cómo el mismo mercado – la misma sociedad – no solo deja de recompensar, sino que castiga la ética profesional, la transparencia, la rendición de cuentas, y la buena gestión.

De un tiempo a esta parte en el Paraguay no es lo que te mereces, sino lo que conquistas, y esto no se hace necesariamente desde la formación académica o el esfuerzo físico y mental, sino que se trata de un ejercicio pleno, total, de la voluntad más que la razón y que el conocimiento. Aquí la voluntad es pilla y peajera y da muerte a la virtud y la razón… y así nos va!… Que el ultimo apague la luz.

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