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La solitaria

Se la conoce con ese nombre a la lombriz intestinal, son unos gusanos diminutos que a menudo infectan a los niños y que viven en la parte baja del intestino grueso. Por este motivo se hacen invisibles más sus efectos pueden ser visibles si no son identificados y atacados a su tiempo y cómo deben ser. Me llamó la atención ver el tamaño y aspecto de este bicho feo que con cómo se ve uno ya podría concluir en lo que produciría si se alberga en nuestro interior destruyendo o afectando las funciones y órganos de nuestro sistema produciendo  anemia, dolor abdominal, náuseas o diarrea. Muchos paraguayos padecen de esto que incluso un candidato presidencial del PLRA Herminio Ruiz Diaz hace campaña sobre el tema y se denomina luego de estudiar en Francia como el “dr sebo i”

Pensamos que se limita a existir, reproducirse y dañar lo que funciona en nuestro vientre, más al saber que en nuestro cuerpo todo está interconectado, no se limita a dañar lo que está en nuestro vientre sino está lombriz al ser un parásito peligroso en nuestro interior también puede llegar hasta nuestro cerebro por la sangre u oxígeno que deben moverse por todo nuestro sistema de manera limpia, ordenada y frecuente en nuestro interior para que todo dentro del mismo empiece, se desarrolle y funcione bien para lograr buenos resultados en nuestras acciones diarias. Estas  acciones de alguien sano inspiran salud en todas sus áreas y campos del cuerpo humano que necesita de todos sus órganos en buen estado para rendir bien ante cualquier demanda.

Una lombriz complicada

Los síntomas más comunes de la existencia de esta lombriz en nuestro cuerpo  son convulsiones y dolor de cabeza con frecuencia. Es un problema frecuente en el Paraguay donde es más  que habitual tener personas con este problema. Frecuente además  en países subdesarrollados del planeta donde la buena alimentación sana y limpia no es lo  frecuente y/o esté acompañada de elementos que ayudarían la creación de este enemigo que no está visible rápidamente y puede dañar nuestra cognición la  la conciencia del entorno y el sentido de realidad o juicio. 

En nuestro país existe un médico  Herminio Ruiz Diaz a quién también se lo conoce con el apodo o sobrenombre de “dr sevo’i” por ser el nombre que tiene la lombriz en guaraní y el trabajo de investigación hecho en el exterior y la comunicación hecha  al respecto y los serios efectos que puede significar para nuestro intelecto el ser hogares de lombrices o sevo’ices en nuestro organismo. Lo que a su vez está muy ligado a lo que y cuanto comamos y lo que hagamos con nuestra mente y cuerpo no tanto para lucir bien sino para pensar y actuar bien con nuestro entorno.

Ruiz Diaz ya se postuló en ocasiones anteriores  cómo presidente del Paraguay por el partido liberal, que desde sus trabajos en el pasado y su relación con la salud podemos concluir que al ser electo hubiese trabajado mucho en este aspecto. Desafortunadamente seguimos careciendo la atención y conciencia colectiva sobre lo que nos conviene y que debe ser ajustado no solo en relación a inversiones sino sobre todo  a educar y aprender cómo prevenir a esta lombriz llamada solitaria que tanto daño hace al organismo de muchos.

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