Las siglas del título son del instituto de previsión social creado en 18 de febrero de 1943 y es la entidad encargada de administrar el Seguro Social en Paraguay. Contribuye a la protección social del Estado, administrando el sistema de pensiones solidarias, sistemas previsionales de reparto, leyes reparatorias y otras leyes especiales, como aparece, pagando prestaciones sociales ordenadas por ley. Esto es lo que dice la norma pero la realidad lacerante que pasan todos sus contribuyentes es la antesala al infierno especialmente en sus hospitales si uno cae enfermo.
No creí ni esperé ver en vivo y en directo fuertes imágenes de necesidades y precariedades en un espacio que debe estar hecho para sanar y responder bien a las carencias de una persona. Fue en el hospital central en el barrio de Trinidad de Asunción. No solo presenta problemas en su infraestructura por fuera sino dentro del lugar hay personas instaladas con carpas y sus necesidades habitando desde el estacionamiento hasta los pasillos del edificio, donde sentados en el piso ordenan su comida hecha en una improvisada parrilla y extraída de la heladera móvil que también fue importada por la persona que tiene a un ser querido en sus terapias esperando alguna novedad con respecto a su salud. A los gritos los llaman con el nombre del paciente para proveer medicamentos de las farmacias cercanas porque aunque diga la ley que eso lo debe dar el IPS no hay nada.
Antesala del infierno
La salud está por los suelos y con cada administración es peor. El actual titular Battaglia quiere ser senador con una pésima administración como la actual. A veces es difícil curar una enfermedad y mantener al paciente sano pero se hace también dificultoso encontrar lugares que estén en óptimas condiciones para responder a alguien con dificultades y a su vez garantizar de la misma forma a las personas que existen para asistir, cuidar y algunas veces hasta responder cómo o por lo que debe hacer un funcionario del instituto.
Hemos sido testigo en los últimos años de abusos y/o robos cometidos desde la administración del IPS que se sostiene por lo que aporta todo trabajador y el patrón. El empleado que durante o al terminar o con su compromiso laboral podría tener la necesidad de un lugar ordenado, limpio y cómodo para tratar su salud no lo encuentra desafortunadamente.
Cuando tenga dudas sobre lo mucho que debe hacer un buen gobierno por la gente le pido que se de una vuelta por los hospitales del IPS y sabrá votar mejor. Se lo aseguro.