@peztresojos – Emprendedor y Comunicador Social
La emergencia sanitaria a nivel global no solamente ha transformado nuestras relaciones sociales, también lo han hecho nuestros hábitos de consumo. Aquí se presenta una paradoja para las marcas, independientemente a su nivel de penetración y necesidad real. Si bien la población está preocupada en dos rubros principalmente (alimentación y salud), existen rubros que se han vuelto indispensables para gran parte de la población, como los paquetes de datos, los servicios de streaming, entre otros.
Pero el consumidor es mucho más abarcativo que su consumo actual, obviamente limitado por el distanciamiento social, la incertidumbre económica y las normativas de restricción de cada país y, a pesar de no consumir un producto específico, las personas están pendientes del comportamiento de las marcas ante esta pandemia.
Los consumidores generan un vínculo emocional con las marcas, recordarán y optarán por aquellas que hayan hecho lo posible por seguir llegando a los hogares, a los que transformen su manera de comunicar en tiempos de pandemia y especialmente a aquellas que presenten una solución para la comunidad durante estas horas oscuras.
Nadie nos preparó para una crisis como la que estamos viviendo, pero este tiempo nos ha dado oportunidades de aprendizaje con respecto al comportamiento de las industrias, empresas y consumidores, han puesto en riesgo de muerte a un enorme segmento de emprendimientos a lo largo del mundo y a su vez, destacaron a los que sobresalieron por su capacidad de adaptabilidad, innovación y por el impacto positivo generado, lo cual arroja un dato frío, pero no ajeno a la realidad: Aquellos que han sabido adaptarse e innovar, no se extinguirán. El resto, lastimosamente dependerá de manera exclusiva de la cantidad de reservas con las que cuentan para subsistir durante la crisis, ya que el Estado se ha mostrado lento, torpe e impragmático en dar respuestas reales a los pequeños y medianos empresarios.
