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Ciudades con Proyecto vs Ciudades sin Proyecto

Si se pretende y se quiere realmente cambiar una realidad o una parte de ella resulta condición sine quá non tener un Proyecto –un Proyecto inteligente y de calidad por supuesto-. Esto es válido así se trate de una organización, una empresa, una política pública, un país o una ciudad. Esto es lo que se conoce como “El Poder del Proyecto”.

En el caso de las ciudades, el asunto es más que evidente. Tal como nos enseña la experiencia y tal como lo señalan Maestros del Urbanismo como Jordi Borja, Jaime Lerner o Rubén Pesci. Entendiendo por Urbanismo en realidad lo que es el Desarrollo Urbano Integral y la Gestión Sustentable del mismo. Y entendiendo también que el mejor Plan de Desarrollo Urbano que se pueda tener, de muy poco sirve sin una adecuado Gestión Urbana del mismo.  Ciudades como Curitiba, Barcelona o Medellín o países como Corea, Malasia o Singapur constituyen pruebas evidentes de esto. Las Ciudades con Proyecto son las que tienen posibilidades de llegar a altos niveles de Desarrollo Urbano y de Calidad de Vida para sus habitantes. Las Ciudades sin Proyecto el único futuro al que pueden aspirar es aumentar el Subdesarrollo Urbano y la Pobreza Urbana –material y mental- de sus habitantes.

El Paraguay no tiene ese Proyecto de País –con todo lo que ello significa comenzando por una legitimación y apropiación del mismo de parte de la Sociedad y siguiendo con una Gestión Pública eficiente del mismo que tenga como cimientos la calidad y la gobernabilidad, además de varios otros componentes-. Asunción y el Gran Asunción sin embargo sí lo tienen.

En el caso de Asunción, esa intención y ese proceso de elaborar y contar con un Proyecto de Ciudad se inició en la década de 1990. Durante la administración del primer Gobierno Municipal electo democráticamente después del derrocamiento de la Dictadura –liderado por Carlos Filizzola-. Fue en esos años cuando se diseñó –en el marco de un Proceso Participativo y con un Apoyo Técnico de alta calidad- el Plan Maestro de la Franja Costera de Asunción (PMFC / 1993) y el Plan de Desarrollo Urbano Ambiental de Asunción (PDUA Asunción 2000 / 1994). Ambos trabajos se realizaron con la Cooperación del BID y con la Asistencia Técnica de la Red FLACAM (Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales). Ambas propuestas sirvieron de Hoja de Ruta para la Administración Municipal de entonces. No así para la mayoría de los siguientes Gobiernos Municipales, que lógicamente -siguiendo uno de los Postulados centrales del ejercicio de la Política en nuestro medio- mandaron al Vertedero de Cateura todo lo realizado y o propuesto por el anterior.

Varios años después, a estas propuestas siguieron otras para el Gran Asunción, tales como el PEMA (Plan Estratégico Metropolitano de Asunción / 2015) y el Plan ICES Gran Asunción (Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles / 2016) –que también contaron con el apoyo del BID-.

Posteriormente, en el año 2016 se encaró el Plan ASU Viva / Actualización de los Planes Urbanos de Asunción –también con asistencia del BID- con el objetivo central de reactivarlos, de revisar y evaluar todo lo realizado y actuado anteriormente, de actualizar y o corregir las propuestas y de proponer un Mecanismo de Gestión que garantizara la implementación de los mismos desde la Municipalidad de Asunción con el apoyo de las organizaciones sociales, gremiales, empresariales, académicas y vecinales, dentro de un Proceso basado en la Participación, los Acuerdos y los Compromisos de los mismos. Lastimosamente, con el cambio de la Administración Municipal de entonces –a fines del año 2019-, este Proceso no se continuó y el Plan ASU Viva fue desechado. A pesar de las grandes debilidades y orfandades de la Municipalidad de Asunción. Decisión que resulta realmente inentendible y poco inteligente, por decir lo menos.

Podemos asegurar entonces que el Caso de Asunción se trata de una “Ciudad con Proyecto”. Y que por lo tanto podría “llegar a altos niveles de Desarrollo Urbano y de Calidad de Vida para sus habitantes”. Pero para ello –como está demostrado- resulta absolutamente imprescindible una Gestión Municipal comprometida y eficiente del mismo.

Ya lo dijo Séneca: “Ningún viento es propicio para aquel navío que no sabe a qué puerto quiere llegar”. Lo mismo vale para la Gestión de la Ciudad. Sin dudas, es momento de que las Organizaciones de la Sociedad –la Civis- que tienen interés en que Asunción cambie y se desarrolle –incluyendo a los miembros de la Junta Municipal de Asunción, que se supone que son los representantes de la ciudadanía-, se manifiesten e incidan sobre la Intendencia de Asunción para que efectivamente se retome este Proyecto de Ciudad y se lo gestione como corresponde. Para que todos podamos comenzar a tener “Una Asunción donde dé gusto vivir”.

Gonzalo Garay
Gonzalo Garay
Arquitecto Especialista en Desarrollo Urbano Docente UNA gonzalo.garay58@gmail.com

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