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Itaipú: causa nacional

La hidroeléctrica de itaipú, la más grande del mundo,  tiene 7.744 metros de extensión y un alto máximo de 196 metros, el equivalente a un edificio de 65 pisos. y las personas que hemos tenido la oportunidad de visitarlo conocemos el inmenso ruido a su vez que producen las turbinas y el agua que hace contacto con ellas para generar energía eléctrica para dos países desde el año 1985.

Hoy 37 años después es tema de diálogo, exposición, y debate uno de los tópicos más controversiales en el Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA)  organizado por los paraguayos que estudiaron en los EEUU y nucleados en la llamada APPG.

En una exposición hecha por el politólogo Miguel Carter afirmó que hemos perdido 77 mil millones de dólares no percibidos en el negocio de la generación de la energía. Afirmó que se debe trabajar mucho para recuperar lo que perdió en lo que debió ser la equitativa y justa distribución de recursos producidos y extraídos de esta hidroeléctrica que no son solo millones de dólares sino miles de millones. Todo esto hubiera cuadruplicado el valor del PIB y pudieron y pueden servir para invertir en áreas importantes que el ciudadano necesita para su vida cómo la salud, educación, empleo y vivienda.

Lo que perdimos

Cesar Cardozo, miembro de la asociación de graduados hizo hincapié en la necesidad de conocer estos datos para renegociar de forma más justa el próximo año. Además si hubiésemos tenido un plan, programas y fines ya establecidos adelantadamente cómo Brasil a esta altura ya cubriremos casi todas las necesidades básicas de la población y aumentado el producto interno bruto (PIB) que nos hubiese dado suficiente solidez económica para atraer inversiones extranjeras y hacer que exista más empleo en el país.

Un Paraguay diferente es lo que existiría desde 1985  en adelante si las cosas se hubiesen hecho con honestidad, patriotismo y amor por nuestro país.

Desafortunadamente no fue así por la creación de esta máquina entre dictaduras que no ayudan a entender bien las necesidades colectivas y van más bien a cubrir las particulares que no es el fin del quehacer político sino sobre todo el responder bien a las necesidades del del demos (pueblo) para que este puede ejercer un buen kratos (poder) y así lograr hacer que la democracia tenga un sentido y función  positivos  para todos. La democracia tampoco ha jugado en favor al pago de un precio justo y entender que Itaipú es un negocio donde los dos socios son propietarios del 50% sin embargo Brasil se llevó el 85% y Paraguay el resto.  

Benjamín Fernández Bogado comentó la exposición de Miguel Carter insistiendo en la necesidad de reclamar justicia en el trato con el Brasil que claramente no ha sido así desde 1985. “El Paraguay de la dignidad debe derrotar a los que nos hicieron arrodillar ante el Brasil por demasiado tiempo” afirmó el doble Fellow de la Universidad de Harvard y de las universidades de Minnesota y Syracuse. 

Movilizar a la ciudadanía

Tampoco se  tuvo idea de lo que se pudo hacer con la energía que surge de allí, si esta fuese distribuida cómo lo debió y debe ser entre los países poseedores de la misma que deben tener un 50% de lo que allí se produce para satisfacer bien las necesidades de usuarios, empresas y proyectos sostenidos por la electricidad.

Una que nace de una fuente de energía limpia que no destruye, ni causa daño cómo toda energía renovable que es la manera con la que el mismo planeta se mueve y opta hoy día para sostener su movilidad, producción, empleo y todo lo que el poblador necesite para lograr existir bien en su país. 

Con el nuevo gobierno de Lula que asume el 1 de enero próximo el especialista Carter dijo que debemos hacer la tarea de David frente a Goliat para sacar el mejor provecho de la negociación pero para eso debe movilizarse la ciudadanía. Se debe hacer de Itaipú una causa nacional que movilice para reparar las injusticias que se han presentado en el trato con el Brasil. Los datos del Dr Carter son más que elocuentes a la hora de reclamar lo que en derecho y en justicia nos pertenece.

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