El Ministerio de Educación dio a conocer un reporte que afirma que más de 2.000 escuelas paraguayas se encuentran con graves problemas de estructura, que podrían desplomarse, que podrían caerse, que podrían terminar poniendo riesgo la vida de maestros y de alumnos. La gran pregunta es, durante dos años paró la educación en el Paraguay, se tuvo todo ese tiempo para mejorar, apuntalar, echar aquellas que realmente no pueden ser sostenibles o construir algunas nuevas. No se hizo absolutamente nada, que el Ministerio vuelva a decir que necesita US$ 500 millones sólo en términos de infraestructura, como dicen los españoles, no es de recibo.
Si este gobierno hubiera colocado la educación en términos prioritarios, como sí lo colocó el tema de la construcción de rutas en este país, hubiéramos tenido resuelto el problema ahora que volvimos a clases presenciales, pero no, la educación no es la gran preocupación de este país, ni mucho menos, que cuando un político le dice que colocará a ella del primer lugar, está mintiendo, no tiene ninguna idea de lo que tiene que hacer, ni le interesa llevarla adelante. Que tengamos que reconocer después de dos años de pandemia en que todo podría llevarse adelante sin ningún tipo de inconveniente, relanzando el país a partir de la educación, pues eso no se hizo, y lo que ahora vemos es la historia repetida aparte de la mala calidad, el debate inconducente sobre las cuestiones que tienen que ver con el género, aquí el problema central es que no nos importa la educación y entre esas cosas lo menos relevante es el tipo de escuelas taperas que tenemos.
