La barrabravas han sido protagonistas de escándalos reiterados en nuestros estadios, que han convertido el hecho de ir a un partido de fútbol en una aventura de alto riesgo, la suspensión el de varios de ellos, el cargo económico que se ha hecho contra los clubes de los que son seguidores estos aficionados, no ha sido suficiente, habría que buscar mecanismo que no terminen en repetir la escena bochornosa que se dio en el juego entre Olimpia y Libertad en el estadio de los Defensores del Chaco, donde rompieron de todos los asientos y tiraron al estadio, a la cancha, la policía dijo que ya no podía con ellos, desafortunadamente esto también es una mancha más a nuestra historia bastante negra del deporte rey, desde hace bastante tiempo.
No sólo que no jugamos bien en la cancha, jugamos peor en las graderías y desde allí también nos debe venir una llamada de atención en términos ciudadanos y de la condición en la que se encuentran muchos de estos miembros de barrabravas, para que van a los estadios, cuál es el interés que los mueve, qué hay detrás de personas que saltando en forma simios durante los 90 minutos sin mirar para nada lo que acontece en una cancha de fútbol. Alguna de las interrogantes que tendrán que ser respondidas para tener una visión más amplia del fenómeno de las barras bravas que ayer además coreano en más de 15.000 gargantas, que extraditen a Cartes.
