¿No se animan a hacer peatonal Palma todo el año? ¿Qué les falta?
Tras una pausa de una semana, Palma volvió a abrirse al tránsito de vehículos. Los administradores municipales hablan de una “experiencia positiva de peatonalización, con buena respuesta de los ciudadanos”.
Qué baja tienen la vara los munícipes de Asunción. Apenas pueden mantener caminable durante cuatro o cinco días la calle más representativa de la capital. Es la muestra más palpable de la incapacidad municipal para emprender la gran transformación que la ciudad pide a gritos, especialmente en su centro histórico cuyo patrimonio edilicio podría funcionar como elemento catalizador de tales cambios tal como corresponde a una urbe del siglo XXI.
¿Por qué en otras latitudes pueden hacerlo y nosotros no? En Colombia, la ciudad de Medellín pudo convertir la Comuna 13, otrora un foco de violencia narco-terrorista, en un barrio totalmente nuevo, pacífico y dedicado a los espectáculos musicales y teatrales, las actividades culturales, en especial la pintura y la escultura y a la gastronomía, al punto de que hoy es una atracción turística que deja enormes beneficios a sus habitantes.
Algo parecido ocurrió en Guayaquil, en donde el sobrepoblado cerro Santa Ana -muy parecido al cerro Tacumbú- fue puesto en valor reformando las viviendas con una nueva estética, dándoles nuevos servicios de agua, luz y drenajes sanitarios, instalando mobiliario urbano en cada espacio público y creando un espléndido mirador en su cima. Desde allí parte el Malecón 2.000 que transformó totalmente su perfil sobre el río Guayas.
Peatonalizar no requiere gran ciencia. Es cuestión de que el municipio y los residentes particulares y comerciales se pongan de acuerdo.
No es necesario ir muy lejos para ver ejemplos que funcionan. Posadas tiene su peatonal Felix de Azara desde 2011, parte de una obra de restauración del centro histórico de la ciudad. Si a los munícipes asuncenos se les ocurriera ir a la capital misionera a observar su desarrollo urbano, deberían gastarse unas horas para ver en Encarnación cómo se hace una costanera en serio, para vergüenza de quienes tienen la responsabilidad de mantener, equipar y administrar la ya decrépita costanera local.
Vayan, recorran, tomen nota y aprendan, que nunca es tarde para incorporar conocimiento. Ya peregrinaron lo suficiente a Curitiba sin aplicar nada de lo aprendido en la ciudad del gran transformador urbano Jaime Lerner.