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Inmunología de la impunidad

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Nadie quiere quedarse sin fueros… si puede evitarlo

La inmunología es una rama de la medicina que estudia el comportamiento de los órganos, tejidos y células que modulan la respuesta del organismo ante la presencia de agentes patógenos externos. El cuerpo humano reacciona como una máquina prácticamente perfecta cuando se siente directamente amenazdo en su integridad. Es cuando los mecanismos naturales de defensa despliegan de inmediato su arsenal defensivo si un cuerpo extraño intenta invadir todo el organismo. Tan desarrollado está este sistema que cada emergencia es un aprendizaje que le permite incorporar nuevos elementos de lucha contra las infecciones.

Estas barreras inmunológicas se trasladan a la lucha diaria por la vida. Para un ciudadano de bien, su mejor escudo inmunitario es su integridad personal. Si ha sido un servidor público probo y eficiente, con más razón aún, porque su recta conducta lo protege.

Pero hay sujetos que por puro instinto de conservación buscan casi con desesperación los fueros y las inmunidades que sólo la política puede brindarles. Son aquellos que entran al barro partidario en busca de la fortuna rapida que dan los negocios turbios con el Estado o que llegan a una banca en el Congreso con la banderita de alquiler pegada en la frente. Saben de sobra que su operatoria corrupta y venal estará a salvo si consigue ser reelecto una y otra vez, algo posible siempre y cuando conserve su lealtad perruna para con los jefazos del criollaje bravío.

Por eso todos a una, salvo irrelevantes excepciones, los legisladores se oponen a eliminar las “listas sábana”, porque allí dentro son intocables y perpetuamente reelegibles mientras se conserve el statu quo partidario y la obediencia vertical al cacique.

De hecho, el Congreso funciona hoy como un gigantesco y excesivamente caro mecanismo de protección. “Diputados y Senadores gozarán de inmunidad y sólo podrán ser detenidos en caso de flagrante delito” fija la Constitución, algo que no le está permitido al ciudadano común, que por una simple sospecha puede ir a dar con sus huesos en un calabozo.

Por eso también el apuro del expresidente Horacio Cartes en proclamar a los cuatro vientos su carácter de senador vitalicio y, con la “ayudita” de una justicia viscosa, también de senador electo. Doble dosis inmunizante contra los patógenos que pululan a su alrededor pugnando por atravesar su coraza de impunidad.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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