Jorge Querey
Senador
Mis años de experiencia como médico me impulsan a escribir esta columna con el solo afán de poner a consideración de todos y en especial de mis colegas médicos, la información que va tomando espacios en los medios y que dan cuenta de una posible alternativa en el tratamiento del nuevo coronavirus que viene dejando secuelas muy grandes y dolorosas en la humanidad.
El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad conocida como Covid-19, cuyo origen del brote se desconoce, ha aparecido en China y los primeros casos se detectaron en diciembre del año pasado. En principio se pensó que el foco estaba en un mercado de animales exóticos de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, dato que la Academia de Ciencia de China ha descartado; lo cierto es que este mal ha afectado a miles de personas en todo el mundo y está creando caos en los sistema de salud de los países y una preocupación suprema en la población en general.
El índice de letalidad del nuevo coronavirus, según los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud, globalmente se sitúa alrededor del 3 %, salvo en los casos de España e Italia que superan ese porcentaje. No obstante, los investigadores consideran que aún es temprano para calcular con precisión su letalidad, debido a que los casos leves no son diagnosticados y no se registran, además de que en ocasiones la enfermedad se presenta de manera asintomática.
El Covid-19 se transmite muy fácilmente, en este punto la OMS estima que la tasa de contagio (R0) del virus es de 1,4 a 2,5, aunque otras estimaciones hablan de un rango superior, inclusive. Esto significa que cada persona infectada puede a su vez pasar el virus a 2 o 3 personas, para controlar la enfermedad la tasa de contagio debe estar por debajo de 1.
Lo importante es que muchos investigadores de todo el mundo están invirtiendo esfuerzos individuales y conjuntos para hallar la solución más rápida a esto, los trabajos de investigación dan los primeros indicios que elevan la esperanza de que la contención es posible y en determinado tiempo. En ese contexto, Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de los EE.UU, están estudiando con sumo cuidado los efectos de la Hidroxicloroquina para el tratamiento del nuevo coronavirus, es una droga que se usa para afecciones como artritis muy avanzada o para la malaria, la utilización de la medicina mencionada ha demostrado resultados muy alentadores.
Esta noticia es tremendamente importante. Ya existen publicaciones científicas que hacen referencia a lo mismo, en Francia, con resultados preliminares muy prometedores con la Azitromicina y aquí viene algo interesante, ambos medicamentos están disponibles en Paraguay y hay laboratorios que producen esa droga, es decir, de comprobarse su efectividad nosotros podremos tener disponibles esos medicamentos, casi de inmediato.
Son avances en esta lucha que la humanidad está librando contra el virus y nuestro país debería aprovechar estos descubrimientos, el Ministerio de Salud debería tomar nota y entablar contacto con los propios autores de los trabajos de investigación, con la sociedad médica internacional y los organismos internacionales de salud.
Creo oportuno que algunos colegas médicos sugieran a la CONACYT, que reoriente recursos para establecer protocolos de investigación científica muy rigurosos de modo concluir, si existen suficientes argumentos, que el uso de esos medicamentos son apropiados o no.
Los equipos de investigación enfocan sus esfuerzos en la búsqueda de una vacuna que según estimaciones se tendrían resultados disponibles en poco tiempo. Además, existen varias las líneas de investigaciones que se vienen desarrollando para hallar el tratamiento que podría frenar el avance del coronavirus, aparte del uso de los dos fármacos mencionados más arriba, hay ensayos de uso de un retroviral para tratar el VIH y del Interferón Alfa 2b, cuyo uso recomienda el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba.
Los datos publicados recientemente están a mano, mi propuesta del debate sobre el tema está instalada, ojalá la esperanza se convierta pronto en una solución a la pandemia que hoy afecta al mundo entero.