Estamos en tiempos electorales y es lógico que la gente comience a mirar con detenimiento a cada uno de los candidatos, es el momento también de que el elector paraguayo se reciba de ciudadano y deje de ser idiota siguiendo a alguien simplemente porque es de su partido y porque eso le viene de una larga tradición familiar. Es el momento de pasarle la factura a los sinvergüenzas, a los cívicos, a los desvergonzados y los delincuentes, porque si no lo hacemos se reirán de nosotros diciendo gracias a ustedes y a vuestro voto es que yo me encuentro en este sitio, como se quejarán de mí, si fueron ustedes mismos lo que me votaron.
Así piensan los políticos que son electos cuando no tienen la capacidad para ejercer nada y además son ladrones.También es el momento en que la gente tenga que decir, es suficiente con aquello de, “es corrupto pero da trabajo” o “que podria hacer si no tenía otra forma de comer”, el otro que dice, “me vendo por qué ésa la única forma que tengo algo que cobrarle a la política”. Todas estas afirmaciones han reforzado la idea cultural del estatus quo del no cambió del Paraguay, estamos muy cerca de los comicios y es el momento de recibirnos de ciudadanos.
