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400

Un título corto, directo, objetivo, y hasta parco, una cifra que es una especie rápida de exponer lo que he hecho hace un año en la tarea de comunicar, contextualizar, analizar hechos, sucesos y personajes. Han sido 400 artículos en el año y una serie de reacciones de cada uno de los lectores. Meses atrás me tocó la oportunidad y bendición de volver a trabajar, para comunicar de vuelta, lo hacía en una radio hablando lo que tuvo que cambiar a fuerza por un accidente automovilístico que sufrí hace ya diez años atrás que afectó no solo mis piernas, sino también mi cabeza que también tuvo una coyuntura nueva y desafiante. Me ha servido de mucho para favorecer la asociación de ideas y el razonamiento lógico, mejorar la capacidad de concentración, enriquecer el aprendizaje, activar la memoria, evitar la ansiedad y combatir el estrés, pero lo más importante es estar cerca de la gente.

La tarea de comunicar favorece la creatividad y ayuda a cumplir sueños y fomenta la perseverancia.

Un empleo que a su vez es una terapia que se agrega a la extensa lista de terapias que ya tuve en estos años que sirvieron para ensanchar mi visión del mundo que comparto con ustedes diariamente.

Estuve en este tiempo de más de 400 artículos escribiendo sobre distintos tópicos, desde la ciencia pasando pir la política,la economía, el deporte y otros ámbitos de la humanidad y lo que se destaca en la prensa mundial y del país.

Gracias a los compañeros del periódico por la oportunidad y el honor de compartir un pedazo de su tiempo con un novato en la redacción, que por la voluntad, ganas y sacrificio hoy levanta sobre su cabeza el artículo número 400. No para presumir necesariamente ni pecar de soberbia, sino para dejar claro que es posible moverse y trabajar con normalidad en las condiciones que me encuentro y finalmente para demostrar que todo es posible incluso ante la peor adversidad. Si este ser humano de tres décadas y cinco años lo ha logrado, no hay persona de otro genero o edad que no pueda emularme o superarme. Gracias de verdad a ustedes: mis lectores.

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