martes, diciembre 30

3×3 por Benjamín Fernández Bogado 30/12/2025

UN BANCO PREVISIONAL
La posibilidad de que el dinero del IPS que se presta a
muchos de sus jubilados pase a convertirse en un banco previsional no es muy mala idea,
especialmente en este momento en que hay serias dudas en torno a los depósitos
extraordinariamente anormales que se dieron en el Banco Ueno, un banco de propiedad
de Santiago Peña y que dice que dejó serlo en marzo de este año. Toda vez que
aquello se administre de manera correcta podría estar siendo la sustitución del maladado
proyecto del Banco Nacional de Trabajadores y también el rol que no cumple el Banco de
Fomento.
No tenemos un banco hipotecario tampoco en el país y todo eso nos prive de que  un
sector importante del país no acceda a créditos que le permitan hacerse de una casa o hacer
alguna inversión en los niveles en que ellos podrían estar operando. Algunos dirán bueno
pero para eso están las cooperativas que crecieron notablemente después del crack
financiero de 1995 pero otros se quejan de que muchas de las cooperativas tienen créditos
casi similares a las entidades bancarias que en este año ganaron más de 800 millones de
dólares. Uno de los grandes negocios del 2025 ha sido indudablemente el sector financiero.
El que plantea esto es el consejero del IPS Carlos Pereira quien estuvo al frente del Banco
Nacional de Trabajadores y fue el interventor de la comuna asuncena y dice que el Banco
Central sólo pide 10 millones de dólares para abrir un banco y los fondos que presta el IPS
tienen más de 30 millones de dólares o sea tres veces más de lo que se requeriría para ese
sentido y para ese fin. Van a presentar un proyecto de ley. Veremos cómo acaba eso.
Finalmente toda institución financiera depende de la honorabilidad de sus administradores
de turno.
ECONOMÍA LEJOS DE LA GENTE
 La economía como en cualquier país del
mundo ha dominado las conversaciones del 2025 y muchos han dicho: bueno la
macroeconomía muestra signos fortalecidos con un crecimiento superior al 6% que
comparado con otros países de América Latina son notablemente altos pero uno se
pregunta y por qué eso no llega al bolsillo de la gente porque el Estado dejó acumular
deudas superiores a mil millones de dólares con proveedores locales.
¿Dónde está el crecimiento del PIB cuando hay una serie de acreencias que no fueron
pagadas? Todas estas cuestiones tienen que verse en el día a día, en la cotidianeidad de la
gente. Un informe sorprendente de estos días dice que el 91% de la carne faenada en el país
sale al exterior y sólo queda el 9% para el consumo interno con precios que casi se han
duplicado en los últimos años. Algunos pretenden de que la solución sea reabrir mataderos
municipales y saltar por encima de los frigoríficos que ya están viendo el negocio más hacia
fuera que hacia adentro y que privilegian a los de afuera y a no a los que nos quedamos en
el país.
No deja de ser una mala idea, algo que tendría que discutirse y verse en términos de
posibilidades ya que el mercado norteamericano que ya es el segundo después de Chile dice
que va a incrementar sus compras el próximo año. Eso puede también incrementar el
malestar de la gente con la economía en general y con la carne en particular.
.
EVITAR QUE CAIGAN
Varios monumentos históricos del país necesitan siempre mucha atención. Hace unos días
apareció la imagen de una casa de indios en Santiago (Misiones) que está apuntalada para
que no se caiga por completo y hay circunstancias similares en otros pueblos. El templo
jesuítico en San Joaquín que ha sido sujeto de una restauración cercana y el proyecto que
también está en implementación en la iglesia de San Buenaventura en Yaguarón.
Pero todos necesitan tener un mayor énfasis colocado como una política pública de largo
aliento. Tiene que haber recursos que sean colocadas de forma tal a evitar un deterioro tan
grande como muestran algunas de estas referencias de nuestra historia. No puede ser que
se llegue solo cuando se está a punto de derrumbar el monumento histórico del Paraguay.
Y esto nos pasa prácticamente en todos los campos, no sólo en el religioso, también en el
militar, en el cívico. Hay una falta de capacidad económica y de atención que nos permita a
los paraguayos preservar en la memoria de generaciones por venir de dónde venimos y que
hemos podido construir entre todos a lo largo de nuestra historia. No tenemos que
apuntalar para que no se caiga, tenemos que evitar a lo largo del tiempo que no se llegue a
caer.