POR BENJAMÍN FERNÁNDEZ BOGADO
NADA DE DOGMAS
El gobierno se proclama libremercadista, afirmando que los precios tienen que estar fijados por la oferta y la demanda, y que eso es lo que corresponde a cualquier economía sana. Sin embargo, las cosas no funcionan de esa manera.
Luego de que PetroPar bajara sus precios de combustible, los emblemas privados han replicado la misma senda. Eso significa que se pueden bajar los precios cuando alguien del mercado interviene, como lo hace también Estados Unidos con sus medidas arancelarias, protegiendo a sus empresas y a sus industrias. Esa cuestión de ser dogmático en el libre mercado no funciona, ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo.
Se proclama mucho eso en términos teóricos, pero no se lleva a la práctica cuando se trata de los intereses de la gente, y así no debiera ser. Eso lo vemos de manera reiterada y constante en nuestro país con varios precios que son fijados en forma oligopólica. Se ponen de acuerdo todos los que venden el mismo producto, como el combustible, para que los precios suban.
Y la otra cuestión es que la lógica de la subida o bajada del dólar no se manifiesta necesariamente en ventajas para el comprador. Cuando se incrementan algunos puntos, inmediatamente los productos suben, pero cuando bajan es muy difícil que eso acontezca.
Eso también demuestra que el libre mercado no es tan funcional y directo como algunos pretenden hacernos creer.
En el caso de los combustibles, e incluso de la carne vendida por un frigorífico a la mitad de precio, el corte del asado nos demuestra que, cuando se interviene, se corrige.
UNIDADES DE MEDIDAS DIFERENTES
Las intervenciones de Ciudad del Este y de Asunción tienen características bien distintas.
En la primera, dice el intervenido Prieto que va a demostrar en la justicia que estas cuestiones de las cajas paralelas encontradas por el interventor ya ellos las habían combatido en su momento y que no arrojan necesariamente unos resultados exculpatorios contra la administración de Prieto. En Asunción, un desquiciado en este momento intendente intervenido, Nenecho Rodríguez, apareció en las redes sociales acusando a conglomerados
mediáticos de no pagar tributos y uno se pregunta por qué, cuando él era intendente, permitió que eso aconteciera. Y el estado de salud del intendente asunceno es bastante preocupante, a juzgar por lo que alzó en redes sociales.
Ahí la situación es de una completa destrucción, según el interventor Carlos Pereira, que habló de un municipio moralmente destruido, con grandes deudas y mucho personal innecesario. Lo que viene ahora, dentro de poco tiempo, cuando acabe la intervención el próximo 24 de agosto, es saber el destino y los responsables, y cómo tendrán que pagar sus consecuencias todos.
COLOMBIA VUELVE A SUFRIR
La violencia ha dominado gran parte de la historia latinoamericana y, en la política, Colombia es un referente obligado de comentar. Ahora, el candidato a presidente de esa nación, el joven Uribe Turbay, ha sido asesinado después de haber participado en un acto político. Recibió disparos en la cabeza y estuvo desde junio peleando por su vida. Finalmente, no lo pudo hacer, y la sensación que queda en Colombia es que la violencia vuelve a enseñorearse en esa nación que ha vivido jornadas dramáticas en los últimos años, desde el enfrentamiento en el Bogotazo, como también en lo que vino posteriormente en la larga confrontación con las guerrillas que asolaron ese país.
Ni hablar de lo que fue el periodo del narcotráfico con Pablo Escobar y otros narcotraficantes que golpearon duramente a esa sociedad. Ahora, de nuevo, hay signos de violencia que son realmente muy preocupantes a todo nivel. Colombia, un país muy unido fraternalmente al Paraguay, requiere una atención de la comunidad internacional que ponga freno a esto que puede terminar, de nuevo, en una deriva violenta, no solo hacia
adentro, sino incluso hacia afuera, luego de las amenazas de Petro al gobierno peruano por una cuestión de límites.
Periodista Senior