Foto: UNICEF
En el ámbito internacional claramente el proyecto Covax no ha funcionado en prácticamente todos los países. No ha habido tampoco mucha claridad en no decir de forma contundente desde el inicio, que ese mecanismo sólo cubría el 20 % de las necesidades de vacunas de los países en el mundo, que el 80% tendría que ser gestionado por otras cuerdas para hacer que realmente se inmunice al 70% de la población.
Con el 20% nuestro es lógico que tendría que haberse pensado y de dónde sacamos el 80% restante, y ese es el sentido de crítica al Gobierno que no ha sabido diligenciar los otros biológicos con otras fuentes.
El Paraguay no ha mostrado una capacidad de reacción en el ámbito internacional, no ha tenido peso la presencia en ninguna de los lugares donde se producen vacunas, hemos pagado un alto costo, ya que en términos de vida nos ha costado la mitad de los muertos en la Guerra del Chaco.
La gran lección que queda hacia el futuro es que el Paraguay no puede seguir pensando de forma aislada y como mendigo esperando que las donaciones saquen al país de las condiciones de pobreza en la que nos encontramos, hay que desarrollar las potencialidades y tener una concepción de política exterior más ajustada a la realidad que nos puede permitir enfrentar situaciones como la pandemia y otras similares donde hemos visto que Paraguay no ha respondido en tiempo y forma como se debía.