Perder un dedo, una pierna o sufrir complicaciones por la covid-19 son de los mayores temores de Rosalía, una de las 13 millones de personas que padecen en México de diabetes, la tercera causa de muerte en el país en 2020.
«Sí, da miedo (perder una extremidad)», confiesa este domingo a Efe la mujer de 68 años, quien desde hace 32 vive con diabetes, en el Día Mundial de esta enfermedad.
Es un padecimiento que afecta a más de 463 millones de personas en el mundo, según la Federación Internacional de la Diabetes (FID) .
Y es, a decir del cirujano mexicano Roberto Carlos Rebollar, una enfermedad que suele generar complicaciones en los afectados. «El número de complicaciones es demasiado porque prácticamente cualquier órgano, cualquier sistema, puede afectarse», señala.
Entre las más frecuentes, precisa, están las que afectan a nivel cerebral, oftálmico, renal y en las extremidades.
El pie diabético es «una de las complicaciones más frecuentes que puede manifestarse de manera crónica o aguda en nuestros pacientes», agrega.
Esta complicación aparece cuando existen niveles inadecuados de glucosa en la sangre y otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes, como la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia.
Estas condiciones, precisa Rebollar, provocan un daño en los vasos y nervios que pueden producir falta de sensibilidad y derivar en amputaciones.
UN DIFÍCIL PROBLEMA
México actualmente ocupa el sexto lugar a nivel mundial en casos de diabetes con un estimado de 13 millones de personas —según la Federación Mexicana de Diabetes— que viven con esta enfermedad. Además, en 2020 murieron 151.019 personas por esta dolencia, siendo la tercera causa de mortalidad.
Expertos y autoridades de salud consideran que es además una de las comorbilidades que complican los cuadros de covid-19, pandemia que suma en México más de 3,8 millones de casos y rebasa las 290.000 muertes, siendo el cuarto país del mundo por números absolutos de decesos.
Una investigación reciente de la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez (IBD), perteneciente al Senado, detalló que las personas con obesidad, diabetes, y/o hipertensión, tienen —en general— casi dos veces más probabilidades de desarrollar covid-19 severo al ingreso hospitalario, comparadas con aquellas personas sin estas enfermedades.
Cristian González es un mexicano de 32 años que padece diabetes. Hasta abril de este año desconocía que era diabético, pero una ampolla en el pie que se complicó le llevó no solo al diagnóstico, sino al riesgo de perder su pie.
«Debuté (en la enfermedad) con pie diabético el 3 de abril de este año. Tuve una lesión, una úlcera, una semana antes y ya hasta que tronó y me llegó el olor y ya dije: esto ya no es normal», cuenta.
Rebollar reconoce que muchas veces los pacientes desconocen su estado de salud y son diagnosticados hasta que, como Cristian, sufren de alguna complicación.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019, el índice de amputaciones en miembros inferiores por pie diabético creció hasta en 7 % en 2018 con respecto a 2012.
Además, se estima que el 80 % de las amputaciones de dedos, pies o piernas en México son provocadas por la diabetes mellitus, según un análisis realizado por la compañía alemana Ottobock.
Aunque el pronóstico para Cristian era malo, pues le habían dicho que tendrían que amputarle hasta la rodilla, tuvo la suerte de llegar con Rebollar quien se especializa en pie diabético y salvamento de extremidades.
El especialista logró salvarle el pie y solo tuvo que amputarle dos dedos del pie izquierdo. Sin embargo, Cristian, que trabajaba como repartidor de gas en la Ciudad de México, reconoce que su vida ya no es la misma.
«Ya no puedo manejar al 100, más que nada por los dedos, ya tengo que usar zapato ortopédico, llevar una alimentación más sana, sin sal, sin azúcar, más balanceada», lamenta. Y comenta que además le relegaron a otro puesto de trabajo.
SALVAR LAS EXTREMIDADES
Rosalía Villanueva lleva más de tres décadas viviendo con diabetes, hace unos cinco años, una fractura en el pie la hizo casi perder la extremidad, sin embargo llegó a tiempo para evitar la amputación.
«Me dijo (el doctor) que era pie diabético que me tenían que operar que ya tenía todo muerto, y que si se hubiera quedado más tiempo (el yeso) me quitan el yeso con todo y pie», afirma.
El problema, dice el doctor Rebollar, es que en México no existen muchos especialistas que se encarguen del pie diabético «y esto nos ha generado un problema muy grande».
Señaló que muchos pacientes acuden con cirujanos vasculares, traumatólogos o incluso podólogos que no están entrenados para dar tratamiento a este tipo de afecciones y por ello 8 de cada 10 pacientes pierden sus extremidades.
«Porque buscaron atención en un lugar en otro lugar y se va perdiendo tiempo», explica.
Además, reconoce que es una complicación muy cara, pues una cirugía en donde hay que destapar arterias, que muchas veces provocan pie diabético, puede llegar a tener un costo de hasta 600.000 pesos (unos 29.000 dólares). Por ello, Rebollar recomienda que los pacientes con diabetes se hagan revisiones anualmente para prevenir complicaciones debido a esta enfermedad.
«Dicen por ahí que son obstáculos que nos pone la vida y hay que saberlos sacar, salir adelante», concluye Cristian.
Por Cristina Sánchez Reyes
EFE