La estrategia y la operación de seguridad son fundamentales para la organización de un evento futbolero, donde normalmente acuden de forma masiva un grupo organizado de fanáticos, encargados de alentar durante los partidos.
El origen de la violencia en el fútbol inicialmente se endosó a temas sociales, la mayoría de los estudios que se realizaron sobre esta situación están fundamentados en temas vinculados con la sociología o aspectos de las personas.
Las barras bravas son un grupo de personas con un componente violento, y este fenómeno es visto como un estilo de vida en razón, que son influyentes no solo en lo social, sino también en lo político, ya que se habla de la
incursión de estos personajes dentro de los diferentes ámbitos.
En ocasiones tratan de amedrentar a los jugadores y aficionados rivales mediante el despliegue de banderas,
la entonación de cánticos y, ocasionalmente, el ataque a los simpatizantes de los clubes rivales, además de defenderse y defender al resto de la propia afición de posibles ataques de hinchadas rivales o de la represión policial.
Gustavo Morelli, gerente de Seguridad de la CONMEBOL, comentó que recientemente en Colombia, a raíz de una reforma tributaria que el gobierno presentó, se originó un estallido social, en el cual participaron estas barras para salir a las calles a protestar y generar violencia.
Es un problema que está afectando al fútbol, sin embargo, habría que observar cómo está este deporte en
la actualidad. ¿Deberíamos definirlo como una empresa o como parte de la industria del entretenimiento?, lo
ideal sería saber cuál es la voluntad desde el punto de vista político de los gobiernos, y la política del fútbol.
Morelli dijo que aún quedan muchas cosas por hacer. “El pensar nuestro es que cada quien tiene que poner un pedazo, los políticos, el fútbol, los clubes, las federaciones, los mismos hinchas”.
“Hoy en día los estudios de riesgos tienen un componente social, es decir hacen parte a la misma sociedad para analizarlos y preparar los buscando minimizar la violencia o erradicarla de alguna manera, debemos entender que hay un problema que está impactando al fútbol desde lo económico, la imagen, las marcas, y al mismo país”, detalló.
Cada club tiene su barra brava, sin embargo, en algunos países no todos los equipos cuentan con una, pero eso
hace que el tema de la violencia esté latente, y quizás erradicarla sería difícil. “Podríamos sacarlos de los estadios, pero el problema seguirá en la calle”.
“El problema de la violencia en el fútbol no nace en el estadio, por el contrario, termina en las canchas, hay que
ir a los barrios para entender el comportamiento de este grupo de personas y ver cómo se manejan, existen temas de fronteras invisibles, narcotráficos, la dificultad está más allá de un recinto pelotero”, explicó.
Los estadios comúnmente se utilizan como el “final del problema”, donde precisamente estas personas de alguna manera exteriorizan una serie de situaciones en las que se ven abocados ante sociedades excluyentes, no
obstante, no es motivo para tomarlo como excusa o alguna oportunidad para generar violencia y querer dejar
un precedente de posibles hechos que están viviendo estos grupos.
El gerente de la CONMEBOL sostiene que se debe trabajar de manera mancomunada, inclusive con estos grupos,
“tener una comunicación y hacer un trabajo desde el punto de vista social con los clubes, los gobiernos, ya sean
estatales o locales, para entender, comprender y poder direccionar a este conjunto personas a tener un comportamiento adecuado en los estadios”.
“Queremos incluirlos dentro del estadio con una conducta apropiada que propicie un espectáculo como el que todos quieren, que sea en familia, donde la gente va a divertirse y generar un espacio sano”, declaró.
Según manifestó Morelli, si se establecen reglas claras con las barras bravas, dándoles a entender que no son
ellas las que dominan el estadio, ni que son dominadas, se podría tener un diálogo. “El reglamento de seguridad
de la CONMEBOL tiene un artículo que invita a los clubes a tener una socialización de lo que se puede hacer o no
dentro de un estadio”.
“Es saber convivir con el problema, se debe tener un diálogo fluido con estos grupos sobre las condiciones y el
comportamiento que deben tener, pero estas personas son muy variables, las conversaciones pueden tener cambios radicales y todo se vuelve negativo”, puntualizó.
Existe un caso a nivel mundial que es la época de los Hooligans, que fue un fenómeno bastante fuerte, sobre
el punto el gerente de seguridad dijo: “Ante un brote de violencia la respuesta era volver los estadios prácticamente en una fortaleza, con alambrados, los encierros, pero se dieron cuenta de que no era lo ideal”.
“Hoy en día con algunos grupos de estudios que tenemos vemos el fútbol como una empresa, los estadios son espacios de consumo, los escenarios se modernizaron siendo unidades de negocios. El Real Madrid en pocos años va generar un
cambio de concepto con su estadio que deja de ser una instalación solo para fútbol convirtiéndose en un campo
multifuncional”, especificó.
En la actualidad al hincha se le toma como un cliente del fútbol, que genera un consumo apropiado que no atente
contra el espectáculo, la seguridad y su comodidad, la cual es la imagen del fútbol, y la de un equipo deportivo
que es visto como la marca.