Sin darnos cuenta termina el aciago año 2020 y pasamos al siguiente. Este año no se va.. lo echamos. Todos esperamos, mas por deseos que realidad, no tener que escribir ni leer las cifras de gente contaminada muerta o recuperada del covid ni la mala gestión del gobierno paraguayo para hacer frente de forma efectiva a los problemas que presenta el coronavirus.
Esta pandemia ha sido una prueba de resistencia humana donde la única solución no está en una vacuna sino en la conciencia higiénica y preventiva que debemos tener incluso después de vacunados.
Hacia el final de este año los números del mundo son los siguientes; 80 millones de casos confirmados, 45 millones recuperados y un millón setecientos mil difuntos. Pero el 2020 no debe ser recordado por una pandemia sino por nuestra resiliencia a sobrevivir en condiciones durísimas. Son cifras frías pero reales, nos cuesta entender el tamaño de esta tragedia que nos conmina a tomar como rutinaria la tarea de la higiene constante, el uso de tapabocas ante enfermedades respiratorias de cualquier índole y lo más difícil: el distanciamiento social. Toda experiencia negativa es una oportunidad para crecer y aprender. Solo esperamos todos que el año que viene baje el número de contaminados y de fallecidos
Felicitamos a todos los que ganaron en consciencia y lo que se fortalecieron en la adversidad. Extendemos nuestras condolencias a los que perdieron a sus seres queridos y estiramos las orejas de un gobierno que ni en pandemia dejó de robar y seguir haciendo de la corrupción (echar a perder) su blasón identificatorio. Es hora de cambiar en el año nuevo con una vida nueva que se inicia y espero nos encuentre fortalecidos y unidos.