Al parecer la odisea por medicamentos en los hospitales públicos nunca acabará. Las familias que tienen a algún ser querido internados por Covid-19 tienen gastos diarios en la compra de fármacos, de distintos tipos, aunque principalmente la necesidad pasa por conseguir sedantes para los que necesitan estar intubados.
Pero, donde sí hay medicamentos es en las farmacias privadas, pero los costos se elevaron por las nubes desde que empezó la pandemia, por ejemplo, un sedante que costaba G. 35.000 en promedio, hoy en una farmacia puede llegar a costar G. 120.000, según reportes de familiar y del mismo personal de blanco.
Es por eso que, ante la falta de insumos médicos en los hospitales estatales y los altos costos en las farmacias locales, cientos de personas recurren a comprar los fármacos que necesitan desde la ciudad de Clorinda, Argentina.
“En la última sesión presentamos y se aprobó el proyecto de declaración sobre la especulación en la venta de medicamentos y hasta hoy seguimos con esa práctica abusiva. La gente sigue dependiendo de las farmacias de Clorinda, no podemos esperar más, se tiene que actuar ahora y con toda la fuerza de la Ley”, dijo el diputado colorado Hugo Ramírez.
La Secretaría de Defensa del Consumidor (Sedeco) y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSP) deberían de actuar de oficio ante el sobrecosto de los medicamentos, sobre todo en esta situación de crisis sanitaria, reclamó el congresista.
“Estamos siendo muy protocolares y burocráticos ¿dónde está la Sedeco, las autoridades sanitarias? Entendemos que el MSP se aboca en conseguir vacunas, pero no podemos esperar que los familiares hoy están gestionando denuncias para que estos casos sean intervenidos. Se debe actuar de oficio, que la Sedeco actúe como un fiscal”, remarcó Ramírez.
HIPOCRESÍA
Por otra parte, la diputada liberal Celesta Amarilla denunció que se están sacando brigadas para decomisar medicamentos argentinos traídos de Clorinda y que son comercializados en farmacias que están en las periferias de los principales hospitales de referencia para atención de cuadros de Covid-19.
“Sacar fiscalizadores y recorrer farmacias alrededor de los hospitales para decomisar medicamentos traídos de Clorinda, cuando hay gente que está muriendo, es un acto criminal y una hipocresía”, aseguró la diputada.
Además, dejó en claro que mientras el Gobierno de Mario Abdo Benítez no sea capaz de dotar de insumos a los hospitales públicos, los insumos ingresados de forma particular del vecino país no pueden ser tildados de contrabando.
“No comparto llamar contrabando a esto cuando abiertamente sigue el contrabando de rollos, droga, electrodomésticos e informática. Hipócritas”, afirmó Amarilla, quien preguntó tajantemente que cuántos muertos más debe tener el Paraguay para que lleguen las vacunas y los medicamentos.