martes, septiembre 23

Verano y ahogamientos

El verano es la época más calurosa del año, que en el hemisferio norte  corresponde a los meses de junio, julio y agosto, y en el sur a los de diciembre, enero, febrero y marzo en el hemisferio sur. El verano trae consigo varios dilemas, principalmente relacionados con el clima, el consumo de recursos, insolaciones y decisiones laborales, cómo ahogos porque es habitual que el ser humano busque espacios y momentos en los que podamos refrescar nuestro cuerpo. Ahora Francia tiene una media de 29 grados y ya se han registrado varios ahogos.

En las costas, lagos y riberas de los ríos, el verano de 2025  en el hemisferio norte es particularmente mortífero. Entre el 1 de junio y el 23 de julio, los servicios de emergencia atendieron unos 702 ahogamientos accidentales en Francia.  Esta cifra representa un aumento del 50 % de ahogamientos en comparación con el mismo período de 2024.

El país europeo tiene muchas opciones naturales para refrescar a su población, entre ellas podemos citar a;

 

  • La costa Azul: Playas como la de Pampelonne en Saint-Tropez y Paloma Beach en Saint-Jean-Cap-Ferrat son muy populares.
  • Biarritz: Conocida por el surf, la Grande Plage y la Plage de la Côte des Basques son perfectas para quienes buscan olas.
  • Córcega: La playa de Palombaggia destaca por su belleza natural.
  • Normandía: Lugares como la piscina de agua de mar en Granville o la de Deauville son opciones únicas.
  • Gargantas del Ardèche: Un cañón natural con playas fluviales y piscinas naturales.
  • Lagos: El Lago de Sainte-Croix, el de Sanguinet y el de Hourtin son destinos populares para vacacionar en familia.

Redoblar el cuidado

Es en estos lugares donde han ocurrido los ahogos citados y para evitar que ocurran en sus vidas o la de seres queridos es importante tener una noble relación con el agua desde muy pequeños, practicar natación y estar bajo constante supervisión de quien nos pueda asistir en caso de experimentar algún ahogo que puede darse en el agua o fuera de ella, en verano o invierno, de niño he sufrido un desagradable ahogamiento al ingerir un alimento que contenía un hueso que quedó en mis cuerdas vocales que gracias a la improvisada forma de rescate de mi padre sigo con vida, puedo respirar, hablar y tragar comida ya sin hueso para seguir viviendo. 

Una experiencia  que muestra cómo  todos somos vulnerables a lo que sea y que merece atención y cuidado siempre que queramos o busquemos seguir vivos y sanos donde, cuando y con quien sea.  El cuidado es fundamental aquí y allá.