Cada periodo en nuestra vida encara retos o desafíos, desde que nacemos ya empieza con el inhalar oxígeno, aprender a tragar, hablar y caminar para alcanzar la autonomía, luego a medida que crecemos aparecen otros duelos con las pruebas académicas y rendir bien en nuestros trabajos y en el hogar con la familia o cualquier grupo u organización con la que decidamos trabajar.
A medida que transcurre el tiempo y no nos preparamos para el futuro que nos espera podemos tener retos complejos que encarar particularmente o ser hasta una carga para la comunidad de personas que integremos y así el país que nos acoja.
La población de México está envejeciendo a un ritmo acelerado. Esta transición demográfica supone un desafío para un sistema de seguridad social ya de por sí frágil. El sistema de seguridad social en México está regulado por la Ley del Seguro Social, protege a los trabajadores y sus familias ante diversos riesgos sociales. Incluye el régimen obligatorio, con seguros como riesgos de trabajo, enfermedades y maternidad, invalidez y vida, retiro, cesantía, vejez, guarderías y prestaciones sociales, y el régimen voluntario de contribución.
Aproximadamente 77.7 millones de personas están afiliadas a algún tipo de seguridad social en México, que ahora se caracteriza por ser el país de habla hispana más poblado, con alrededor de 129 millones de habitantes en 2023. La población mexicana ha experimentado un crecimiento significativo a lo largo del siglo XX, pasando de 13.6 millones a 129.5 millones, con tasas de crecimiento cercanas al 3% anual entre 1940 y 1990. En México, la población joven (definida generalmente como personas entre 12 y 29 años) está disminuyendo en proporción, mientras que la población adulta mayor (60 años y más) está creciendo.
Cómo enfrentarlo?
El envejecimiento de la población es un desafío multifacético para cualquier país, impacta en la economía y los servicios sociales. Las principales razones son:
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Existe presión sobre los sistemas de salud:
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Mayor demanda de atención médica: Las personas mayores suelen tener más enfermedades crónicas (como diabetes, enfermedades cardíacas, demencia) y requieren más consultas médicas, medicamentos, terapias y cuidados a largo plazo.Esto sobrecarga los hospitales, centros de salud y servicios de atención domiciliaria
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Aumento de costos: El tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad es a menudo más complejo y costoso, lo que eleva el gasto público en salud y puede desviar fondos de otras áreas esenciales.
2. Sostenibilidad de los sistemas de pensiones y seguridad social:
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Menos contribuyentes: Con una población activa que disminuye en relación con el número de jubilados, hay menos personas aportando a los sistemas de pensiones. Esto crea un desequilibrio que pone en riesgo la sostenibilidad de estos sistemas, especialmente los de reparto (donde las contribuciones actuales pagan las pensiones actuales).
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Mayor gasto en pensiones: El aumento de la esperanza de vida significa que las personas reciben pensiones durante más años, lo que incrementa significativamente el gasto total en este rubro.
Experiencias interesantes
Esta realidad debe ser tenida en cuenta por cualquier país cuya población se encuentre envejeciendo y deba contar con asistencia y comodidades para su traslado de un lugar a otro o para asistir a su atención médica o adquirir algo específico que necesite. Los países con las poblaciones más envejecidas son principalmente Japón, Italia, y algunos países de Europa como Portugal, Grecia, Finlandia y Alemania.
Este hecho nos enseña que siempre nos debemos cuidar para asegurar un futuro sin complicaciones y evitar ser una carga para nada o nadie donde nos toque vivir. En la vida todo no se concentra en el presente u hoy, siempre existirá un futuro o mañana que debemos atender para nuestra vida y la de otras personas que pueden presentar problemas de movilidad, memoria. respiración, cardiológicos o lo que traigan consigo por tener una vida sin atención a dilemas específicos.
Con una edad promedio de 29 años, los mexicanos parecen bastante jóvenes en comparación con los franceses: 42.7 años de promedio. Pero México, el décimo país más poblado del mundo con 133 millones de habitantes, está envejeciendo.
Y a un ritmo acelerado: desde 1990, la edad promedio ha aumentado diez años y la proporción de personas mayores de 60 años se ha triplicado que seguirán respirando, pensando viendo, escuchando y moviéndose si no tienen un lío que enfrentar y si la familia,amigos o personas allegadas a ellos los acompañan en el viaje de la vida, que es uno solo.
L que vale es siempre navegar tranquilos, sin preocupaciones, inquietudes y desasosiegos que sean traslados a otras personas y no sirvan para impulsar o alentar espíritus para delante en el tiempo que no se detiene para todos en el planeta, donde existen niños, jóvenes y adultos y mayores de edad.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion e intereses particulares