Desde el primer momento en que arrancaron con la iniciativa, los jóvenes del Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación (CIDI) de la Facultad de Arquitectura de la UNA, supieron que sería un proyecto de todos y para todos. Estaban convencidos de que ese era el objetivo principal de la investigación y la academia: encontrar soluciones a los problemas y ofrecer un servicio a la comunidad.
Cada vez se fortalecen más sus convicciones y recientemente alcanzaron una producción de 500 mascarillas, cuya última entrega fue realizada al personal médico del Hospital San Pablo.
De la producción participan activamente estudiantes y profesores de la carrera con apoyo de voluntarios que trabajan en la Granja de Impresión 3D, en el campus de la Universidad Nacional.
El centro opera a partir de donaciones de los insumos necesarios para realizar las impresiones 3D de los protectores. Desde el lanzamiento de la iniciativa, ha recibido en préstamo otras 5 impresoras y en donación dos más, que quedan para el laboratorio de la FADA-UNA.
Las donaciones fueron recibidas de parte de voluntarios e instituciones como el Benjamin Franklin Science Corner de la embajada de Estados Unidos, la Sociedad Científica del Paraguay, la empresa Romis SA, Copipunto, Texciclo y la Chaca.
Los participantes del proyecto resaltaron contar con un listado preciso de las donaciones, lo que permite a quienes entregaron insumos saber cuántas mascarillas permitieron fabricar y a qué hospitales fueron.
El decano de la FADA, Ricardo Meyer, señaló que no solo personal médico se vio beneficiado con esta iniciativa, sino que también bomberos y personal de la Fiscalía que se encuentran trabajando en la primera línea dentro de la emergencia sanitaria.
Uno de los métodos utilizados para la recepción de insumos es la “donación con retorno”, mediante la cual los donantes entregan insumos a cambio de un número de máscaras para uso personal y lo restante queda en el saldo de mascarillas que fueron entregados a hospitales de todo el país.
El objetivo del laboratorio es continuar con esta iniciativa y aportar en equipos de bioseguridad para personal afectado, señaló el decano. Finalmente, agradecieron a todas las personas que forman parte de la granja, los que fabrican, los que cosen, los que cortan, los que difunden, los que escriben, los que donan y prestan, los que reciben y los que dan.