Es muy conocido el dicho de que la primera víctima de una guerra es la verdad. La guerra en Ucrania no es la excepción y aunque el gobierno de Volodímir Zelenski no te prohíbe expresar tu opinión, sin duda los mensajes oficiales están lejos de la realidad. Bernard Wicht, profesor de la Universidad de Lausanne y analista de temas estratégicos de actualidad, es una de las voces más autorizadas sobre conflictos militares, legitimidad política y la OTAN. El pasado 30 de mayo, en una entrevista en la televisión estatal suiza, RTS, Wicht reconoció lo que pocos se atreven a decir: el éxito de la operación rusa.
En un momento de la entrevista, llegó a afirmar: “Los rusos practican lo que se llama el arte operativo. No buscan destruir al adversario, sino hacer que se derrumbe sin ser arrastrado a una batalla de desgaste. (…) Es difícil decirlo, dada la situación humanitaria, pero desde el punto de vista de la estrategia militar, la maniobra emprendida por el ejército ruso desde el estallido de la guerra pasará probablemente a los anales de la historia como un modelo de este tipo”.
A través de los edificios devastados, las fuerzas rusas avanzaron hacia el centro de Severodonetsk, una ciudad estratégica en Donbass donde ahora se desarrollan combates callejeros. Entrar en esta ciudad representa un importante paso simbólico para Rusia, que está pagando un precio demasiado alto por esta guerra, y supone para Ucrania una pérdida importante. En opinión de varios analistas políticos militares a los que hemos tenido acceso, si algo ha hecho bien Rusia ha sido sorprender a Ucrania en diferentes momentos, es decir, no ser previsible desde el inicio de la invasión, haber logrado desconcertar a todos: primero sugiriendo que estaban tratando de hacer una operación rápida; posteriormente, fingiendo que estaban tratando de tomar la capital Kyiv; ahora, haciendo creer que quieren tomar la ciudad simbólica de Kharkiv, logrando fijar un número importante de efectivos de la resistencia ucraniana con el fin de actuar con más probabilidades de éxito en el Donbass.
A Rusia le interesa acabar la guerra cuanto antes, pero antes quiere empujar a su adversario al colapso mediante una táctica de lucha con un objetivo claro: lograr el desgaste mortal de Ucrania. Va camino de lograrlo.
