“Allá por el 2011, fui a un curso de verano de pintura al óleo. Descubrí que me gustaba mucho el óleo, antes solo dibujaba con grafitos. Mis dibujos eran en blanco y negro. Si les ponía colores, eran muy básicos. El óleo me llevó posteriormente a experimentar con otras técnicas”, comentó.
A la hora de crear nuevas piezas de arte, el estado de ánimo de la joven juega un rol fundamental, pues utiliza el arte como una herramienta terapéutica para dejar fluir sus emociones. “Mis creaciones dependen de la situación emocional en la que esté. Si me quiero relajar y sacarme un peso de encima, siempre hago cosas surrealistas. Un ejemplo de esta realidad es que uno de mis bocetos se denomina ansiedad”, señaló.
Isabel Noguera es estudiante de la carrera de psicología en la Universidad Nacional de Asunción y, precisamente, utiliza sus conocimientos psicológicos para plasmar ciertos conceptos en sus obras.
De la mano del arte, la joven creó una comunidad en Instagram, plataforma en la que no solo enseña sus obras, sino también comercializa pinturas en lienzos, cases, baldosas y discos de vinilo.
En este sentido, durante su recorrido por la escena artística nacional, Isabel Noguera obtuvo diversas satisfacciones como, por ejemplo, toparse con buenos amigos.
En un futuro, la joven sueña con habilitar un centro de arte comunitario para ayudar a otras personas a dejar fluir sus emociones a través del arte.
“Siempre soñé con tener un espacio seguro para la gente, donde las personas puedan descargar todas sus emociones. Para mí, el arte me ayuda muchísimo a ordenar los pensamientos, expresarme y no entrar en pánico. Entonces, me gustaría darle también esa oportunidad a otras personas”, expresó.
Además de habilitar un centro comunitario de arte, la joven sueña con abrir una galería, que pueda funcionar de manera “autosustentable”.
