Un fósil incautado durante una redada policial en Santos Harbour (Brasil) ha resultado ser uno de los reptiles voladores mejor conservados del mundo que se han encontrado, informa la revista PLOS.
El fósil hallado pertenece a la especie Tupandactylus navigans y está conservado en seis bloques cuadrados de piedra caliza que fueron decomisados por la policía durante una redada, cuya fecha no especifica el estudio.
Los investigadores de la Universidad de Sao Paulo reunieron esos bloques y examinaron el fósil entero, para lo que tuvieron que llevar a cabo tomografías computarizadas, ya que los huesos estaban ocultos dentro de la piedra.
Para las tomografías computarizadas se emplean ordenadores conectados a máquinas de rayos X que toman imágenes con los detalles del interior de cuerpos o materiales.
Se trata de la primera vez que paleontólogos son capaces de estudiar algo más que el cráneo de este reptil.
Los Tupandactylus navigans son una especie de tapejáridos (Tapejaridae, que significa seres antiguo), un subgrupo de reptiles voladores del Cretácico Inferior (entre hace 145 millones de años y 100,5 millones de años) conocidos por sus grandes crestas y cuyos fósiles son numerosos en Brasil, aunque hasta ahora solo se habían hallado partes de ejemplares.
En este estudio los científicos describen un Tupandactylus navigans del que se ha preservado el cuerpo entero, casi intacto, y que incluso cuenta con restos de tejido blando adheridos a los huesos, por lo que es el esqueleto de un tapejárido más completo jamás encontrado en Brasil.
Su descripción sugiere que esta especie buscaba comida en la superficie terrestre, y no durante sus vuelos, ya que tiene un cuello largo y sus miembros son grandes, aparte de contar con una cresta de tan grandes dimensiones que podría afectarle negativamente para volar.
Aun así, el ejemplar presenta unas características que indican que está adaptado para llevar vuelos con potencia porque cuenta con una fuerte estructura muscular en los huesos del brazo. Tiene, además, una poco habitual cresta en su barbilla.
EFE