martes, septiembre 30

Tendencias tóxicas

Tengo un amigo que me dice; “Iñaki tenés que mantener distancia de la gente “tóxica”, perniciosa, dañina, venenosa, virulenta o venenosa porque a la larga te pueden hacer daño y por qué no, convertirte en un tóxico también”. Y no solo de esta gente sino de hábitos y tendencias que envenenan de alguna forma y hacen mal al espíritu o personalidad de cualquiera. 

Una de esas tendencias identificadas es el “orbiting”; que representa una tendencia de redes sociales en la que una persona no está presente en tu vida, pero se mantiene cerca de ti sin mantener una conversación directa contigo. Y se encuentra extendiéndose en las relaciones de la generación Z.

La combinación de redes sociales, tecnología y relaciones afectivas ha transformado profundamente la forma en que las parejas se conectan, se comunican y se separan en la actualidad. Ya no es el aproximarse a la persona, hablar con ella, encontrar puntos en común, cortejarla e iniciar una relación formal para disfrutar de acontecimientos que gusten a ambos y sirvan a su vez para fortalecer la relación. Una, que tiene sentido si existe comunicación en lo posible real sobre temas que sean compartidos entre ambos. 

Las rupturas sentimentales en la era digital no solo se manifiestan a través del silencio, como cuando te hacen ‘ghosting’ (imagen fantasma). Una práctica común en la generación Z.

Una generación de gente joven que debe entender la importancia de las relaciones sentimentales, que no se trata solo de salir juntos y exponerse en espacios públicos, donde se pueden besar y abrazar sin filtro. O regalarse cosas que gusten a la novia, al novio o la pareja con la que tengamos una relación amorosa.

Relaciones distantes

Los contactos personales o sentimentales  van perdiendo la fama y popularidad que alguna vez tuvo. La palabra “compromiso” parece que a veces asusta a quienes tomen la decisión de proponer y/o aceptar iniciar una relación amorosa que no se trata sólo de tener a una persona a quien podamos tomar de la mano, abrazar o besar cuando existan oportunidades, admirar y piropear o halagar en público.

Implica por sobre todo de conocerla/o bien que solo es posible a través de una comunicación fluida y respetuosa entre ambos que deben agradecer la oportunidad de haber encontrado a una pareja sentimental en un mundo que presenta tendencias tóxicas que pueden desvirtuar instituciones cómo el matrimonio o noviazgos que existen para y por una sociedad que busque sostenerse e relaciones basadas en plataformas sólidas y sin dejarse llevar por tendencias dañinas a relaciones sociales que funcionan bien si son tomadas en serio y no superficial o someramente.  

Algo complejo de hacerlo porque cómo me decía el mismo amigo; “el matrimonio es difícil por lo que sugiere la convivencia”, que es el vivir en compañía de otro u otros. Y que puede ser solucionado si logramos un noviazgo duradero y en lo posible viviendo el uno con el otro para tener una idea de cómo sería ese deseado matrimonio entre quienes se planteen la idea de sellar su relación ante instituciones cómo la justicia y la iglesia. Estas se apenan de la cantidad de divorcios que se han dado últimamente entre parejas del país. Y no habla bien de la calidad de personas que habitamos el Paraguay y la capacidad que tenemos para sostener y respetar instituciones asentadas en una constante y fluida comunicación, respeto y confianza entre quienes conformen la relación.