El teletrabajo o trabajo remoto es el trabajo que se realiza desde un lugar fuera de la empresa utilizando las redes de telecomunicaciones para cumplir con las cargas laborales asignadas.
Esto ha existido quizá desde que la red internacional o internet aterrizó en muchas casas y oficinas en la década de 1960. Internet hoy día se está volviendo en una especie de luz o agua donde vivamos, estudiemos o trabajemos. Más fue en 1983 cuando se adoptó oficialmente el protocolo TCP/IP, marcando un punto de inflexión y la transición a lo que hoy llamamos Internet (International Network). Hace 42 años existe este canal que trae consigo medios de comunicación, entretenimiento, formas de educar, aprender, informar y conocer adecuadamente de qué se trata algo específico o detalles de algún tema o acontecimiento en particular.
Todo sirve para muchas cosas buenas y malas dependiendo del espíritu y formación del internauta que la puede usar para perder el tiempo, acosar a otras personas, crear y esparcir virus, diseñar y elaborar proyectos con compañeros que no se encuentren cerca sino en un lugar donde gracias a internet podemos vernos, escucharnos y comunicarnos.
Volviendo al teletrabajo; Australia revela algo que no se había tenido en cuenta: el teletrabajo sólo es productivo si lo deseas, no si te lo imponen. Algo que debe ser tenido en cuenta por cualquier empleador cómo empleado de cualquier oficio para tener éxito en lo que pretendan lograr.
Quizá durante la pandemia fue visto y tenido más en cuenta esta manera de trabajar y relacionarse en equipo por lo que era de suma importancia la distancia de uno con otro donde y cuando sea para evitar diseminar ese virus que tuvo una presencia mundial cómo es hoy día el uso de la red internacional.
Cambios en los cambios
Pese a que el teletrabajo ya no es la opción preferida por las empresas, o al menos no su variante a tiempo completo, el trabajo en remoto continúa manteniendo unos valores mucho más altos que los que se registraban antes de la pandemia. Eso demuestra que, en cierta forma, el teletrabajo sí llegó para quedarse en contextos muy específicos. Más debemos tener cuidado en la forma de emplear a quien sea para asegurar la calidad de lo que deseemos entregar al consumidor final que puede ser alguien que adquiera lo que se ofrece por la red o está suscrito a una página que dé contenido específico de donde busque informarse, reflexionar y hacer un uso productivo de su conexión al mundo.
El estudio australiano resulta especialmente revelador porque se inició antes de la pandemia y el auge del teletrabajo y duró cuatro años, lo cual deja un registro definido de cómo el trabajo remoto ha impactado en la forma de trabajar y sus consecuencias. Que entre ellas sabemos que son el aislamiento social, dificultad para desconectarse del trabajo, la falta de límites entre la vida personal y laboral, y riesgos ergonómicos que pueden generar problemas de salud.
Según el estudio, la posibilidad de elegir desde dónde trabajar ha permitido mejorar tanto la salud mental como física de los trabajadores, aunque todavía existe una cierta fricción desde la cultura corporativa que se manifiesta cómo la resistencia al cambio dentro de una empresa que o no confían en las “oficinas virtuales” o no tiene recursos técnicos o humanos para llevar adelante esta forma de empleo.
Los datos recogidos por el estudio revelan que antes de la pandemia, el trabajador medio australiano empleaba unas 4,5 horas semanales sólo en desplazamientos a la oficina. Esa optimización del tiempo hace que quienes trabajan desde casa disfrutan hasta de «diez días extra de tiempo libre al año frente a quienes van a la oficina», dedicando el 33% de ese tiempo al ocio, lo que implica «más oportunidades de ser físicamente activo y menos sedentario». Un buen dato para tenerlo en cuenta entre nosotros con un pésimo servicio de transporte publico y con entradas y salidas a las ciudades congestionadas.

Licenciado en ciencias politicas (UNA), editor, comunicador, productor y editor de contenido creativo para medios de comunicacion e intereses particulares