Lo que quedó del Chaco
“Podía adentrarme en los matorrales, la maleza estaba totalmente quemada. Casi no había insectos peligrosos. El suelo estaba muerto. A causa de la larga sequía había grietas y huecos en el piso, cuya profundidad medí. Con el correr del tiempo, las grietas se hicieron cada vez más grandes. Tenían una profundidad de hasta 45 cm”, narró Betty de su impresión del suelo chaqueño.
En el marco de los 250 años del científico alemán Alexander Humboldt, el Instituto Cultural Paraguayo Alemán (ICPA) invitó a Betty Beier, artista plástica quién tiene mucho tiempo recorriendo Sudamérica sacando muestras y registros de la situación del planeta, a compartir su experiencia en el árido Chaco y a recolectar porciones del suelo para analizarlas.
“Caminar cada día por el bosque negro fue depr...