sábado, noviembre 1

Suicidio y futbol

Una persona que se suicida posee la intención de morir y causar su propia muerte. Un viaje sin retorno porque sabemos que no existe el resucitar o volver de la muerte una vez haya llegado a nuestras vidas, porque perder la vida es perder todo. Desde el respirar, ver, escuchar, movernos, pensar o hacer lo que habituemos hacer con vida. El único momento que tenemos para comunicar o expresar nuestras ideas, pensamientos o sentimientos a personas que nos escuchen, entiendan y respondan coherentemente en relación a lo comunicado. De hecho es una forma de solucionar o tratar dilemas psicologicos que lleven al suicidio. Algo preocupante no solo en la familia o amigos de la persona que se haya matado sino en el barrio, ciudad o país donde haya ocurrido la inmolación. 

Paraguay es un país sudamericano donde el suicidio ha crecido en forma dramatica. Tenemos más de dos por día.  Es un problema de salud pública que no se aborda con rigor porque no tenemos psiquiatras suficientes para tratar de evitar estas resoluciones trágicas. Lo último que queremos es perder nuestra salud, vida y la de nuestros seres queridos que deben contar sobre todo con nuestra compañía, unos minutos para ser vistos, escuchados y sentidos. 

Una sencilla concomitancia que puede servir demasiado a quien presente signos depresivos, no se comunique y tampoco guste de congregarse con otras personas. Algo no sentido o visto cuando nos encontramos viendo un partido de fútbol en vivo o por la televisión con amigos o con quienes compartimos intereses comunes por los equipos que se encuentren compitiendo.

Y mucho menos al estar participando de cualquier partido al que seamos invitados por la importancia que tiene su existencia sobre el gramado o donde se compita para llegar al gol y terminar ganando el partido contra otro equipo o grupo de personas que al perder deben entender el ser derrotado y no por eso ir por el suicidio. Porque allí perdería todo. Y se acaba la posibilidad de apreciar, hinchar y participar del partido de fútbol. Ahora la pregunta es ¿Podría el fútbol contribuir a prevenir el suicidio?. La prevención del suicidio no es asunto exclusivo de los profesionales sanitarios. 

El deporte como opción

Es un reto de la sociedad civil y aunque cueste creer  el fútbol puede jugar un papel central. La pregunta es cómo del deporte de donde frecuentemente nacen ruido, cánticos sórdidos contra el equipo o aficionado que los apoye pueda servir para evitar que se den suicidios.

Lo que se sabe al respecto es que cualquier persona puede suicidarse si;

Ahora en España se están poniendo en marcha unos excelentes planes autonómicos de prevención de suicidio. Trabajan en cómo hacer que esos varones de 40 años para arriba, desacostumbrados a hablar de emociones y vulnerabilidad personal, y puedan ser ayudados antes de que acaben mal. Hombres y mujeres, porque cualquiera de estos seres humanos sin importar la edad o género se suicidan, por lo que además de darle compañía debemos cuidar lo que amenace a su salud y se encuentre a su alcance, motivarlos a hacer actividades físicas, artísticas y lo que demande la fuerza física o mental para que se concentren en tareas anas para su vida y que ayuden para ir eliminando reflexiones suicidas de su mente. 

En este país europeo se encontró que el fútbol motiva a estar feliz y no deprimido por el efecto instantáneo de alegría que produce escuchar el relato, el himno del club o ver buenas jugadas que lleven al gol para luego festejarlo jovialmente. Debemos saber también que el ejercicio regular, como jugar al fútbol, libera endorfinas en nuestra mente que pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y  mejora el estado de ánimo. Que va contra cualquier intento de sacarse la vida.

Si no puede o no sabe jugar al fútbol cómo yo quizá pueda hacer otras cosas cómo;

  • Leer
  • Escuchar música
  • Meditar
  • Recibir un masaje
  • Pasar tiempo con amigos, familia o quienes le produzcan bienestar mental y logren hacerlo sonreír naturalmente.

Acciones que surgen para evitar que el número de suicidios se incrementa y nos deje con la sensacion de frustracion por no haber hecho lo que se debería para evitar los suicidios.