Entre 143 países evaluados, el Paraguay figura en el puesto 73
Gramaticalmente, la felicidad se asocia a un estado de grata satisfacción espiritual y física. A partir de esas dos definiciones centrales, las variables que se abren son prácticamente infinitas. Mentes brillantes han jugado mucho con la idea y producido giros retóricos de una diversidad interesante.
Pablo Neruda, Premio Nobel de literatura 1971, advierte a quien vaya en busca de la felicidad, que algún día en cualquier parte, en cualquier lugar indefectiblemente se encontrará a sí mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de sus horas. No es una perspectiva muy alentadora, sobre todo porque deja abierto el balance de porcentajes a favor o en contra de hallar la felicidad.
En cambio Jean Paul Sartre, figura sobresaliente del existencialismo y del marxismo humanista, apela a un retruécano para decir que la felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace. Esto es más medible. En 2011, con motivo del Bicentenario, un 71 por ciento de los paraguayos aseguraba disfrutar bastante de la vida. Hoy, ese porcentaje es mucho más bajo.
Friederch Nietzsche, el autor de Así Habló Zaratustra en donde plantea la hipótesis del ubermensch, o suprahombre, dejó dicho que el destino de los hombres está hecho de momentos felices, no de épocas felices.
Desde luego, en este desfile de citas célebres no podía faltar un aforismo de Groucho Marx, uno de los humoristas de clase mundial más talentosos de todos los tiempos. En una charla familiar, el más famoso de los cinco hermanos dijo que la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna… Esto nos lleva a la inevitable pregunta de si el dinero hace la felicidad. Otro genio del vecindario de Groucho, Woody Allen, asegura que el dinero no da la felicidad, pero produce una sensación tan parecida que sólo un auténtico especialista podría reconocer la diferencia. La ocurrencia es de. Otro gigante, esta vez de la música, Ludwig VanBeethoven, discrepa con los dos humoristas cuando dice: Recomendad a vuestros hijos ser virtuosos, sólo la virtud puede traer la felicidad, no el dinero.
En estos días se conoció el ranking de países felices (¿?) y el Paraguay no está muy bien ubicado que digamos. Figuramos en el puesto 73 entre los 143 que fueron evaluados. Por lo que, matemáticamente hablando, se puede deducir que somos medio felices.
Salvo mejor opinión.