Así cómo durante el mundial de fútbol cansa ver, escuchar y sentir palabras como gol, tarjetas amarillas o rojas o faltas con el único inconveniente es que no podemos celebrar más que en pequeños grupos los triunfos o padecer las derrotas así también frustra el debate sobre si habría que vacunarse o no contra el covid.
La pandemia no solo registra en el corazón de familiares infectados o muertas sino hasta en la economía o instituciones de un país que se empiezan a regir su existencia por la creatividad e ingenio de la supervivencia ante el abandono del gobierno. El debate sobre las vacunas también ha mostrado signos sorprendentes de estupidez entre algunos.
Francia aprieta las clavijas
El inmunólogo frances Sylvain Carras se tomó un tiempo de su actual intensa agenda médica para reflexionar afirmando que “antes pensaba que las vacunas tenían detractores porque solo veíamos sus efectos adversos, la población se había olvidado de lo que era la polio, la viruela, la injusticia de morir de sarampión a los 20 años o de nuevo la espantosa muerte del tétanos. ahora creo que el verdadero problema es el individualismo”. Observa la poca voluntad del colectivo a la inmunización, siendo este gesto una forma de solidarizarse o tener un sentido de comunión social, que no debe ligarse la palabra comunión con la religión sino verla como sinónimo de solidaridad que nunca debe fatigarnos de tener cómo ciudadanos miembros de una Noción que demande la misma hermandad entre compatriotas y que ayude a sostener al en momentos cómo el que nos toca vivir. Alteridad es poner en la condición del otro y eso debemos demandar en estos tiempos de pandemia, solidaridad y vacunas.
El presidente Macron ha tenido que apretar las clavijas afirmado esta semana que el personal sanitario que no se vacuna no podrá ingresar a los hospitales y se les cancelará el trabajo. Además el ciudadano no vacunado no tendrá posibilidades de viajas o de ingresar a restaurantes. Los franceses van a por todo.
El Dr. Carras que también escribe: “Hoy no sabemos nada de los riesgos psicosociales, enfermedades autoinmunes, fibrosis pulmonar en pacientes infectados… Consecuencias psicológicas para niños y adolescentes privados de vínculos sociales y todo esto podría evitarse con una simple vacuna.
Para evitar llegar a lo mismo en nuestro país sería importante revisar lo siguiente en torno a lo que estamos haciendo como colectivo para promover la vacunación masiva y quizá existan razones que evitan la inmunización solidaria que pueden ser.
La capacidad es tener el conocimiento y las habilidades para recibir la vacuna. Por ejemplo, es posible que algunas personas no hayan tenido suficiente información para convencerlas de que la vacuna es segura.
La oportunidad es tener las condiciones necesarias para recibir la vacuna.
La motivación es tener el deseo de vacunarse. Por ejemplo, es posible que algunas personas no crean que la vacuna las protegerá del Covid-19
En esta segunda quincena de julio el vacunarse debe dejar de ser un factor de miedo cómo existía en la infancia al ir al médico por primera vez para la vacuna que después de obtenerla valía para seguir con salud el tiempo necesario para continuar el viaje de la vida.
Solidaridad social
Cierra el dr Carras su escrito con el siguiente pensamiento: “si elige no vacunarse, al menos tómense el tiempo para pensar realmente en los riesgos a los que se exponen y a los que exponen a otras personas antes de decidir… y piensen en la suerte que pueden tener. Habrá que estar en trabajos de jornada reducida o teletrabajo mientras otros han perdido sus negocios, sus ingresos o mueren de asfixia sin oxígeno a las puertas de un hospital desbordado o simplemente de hambre en países sin nuestro sistema social” Y tiene toda la razón.
Así y todo debe existir un criterio de ubicuidad temporal y social para volver a ser libres del aislamiento y miedo de existir entre nosotros cómo lo hacíamos antes y para todo eso hace falta promover la vacunación masiva y el gobierno a proveer los biológicos tan pronto y en grandes cantidades como sea posible. Uruguay tiene hoy 5 muertos por día y en febrero hace seis meses se juntaron en Montevideo Abdo y Lacalle para ver como enfrentar la tragedia del momento. Los uruguayos hicieron la tarea, nosotros .. todavía no.