¿Cuál es la definición de plan social? Es un sistema de transferencia de dinero a sectores socialmente vulnerables, con el objeto de asegurarles ingresos básicos en el corto plazo mientras se busca su reinserción en en el mundo del trabajo.
Los planes sociales son una herramienta corriente en casi todas las economías. Funcionan ya sea como seguro de desempleo o como compensador transitorio de ingresos para aquellas personas a la búsqueda de movilidad social ascendente vía trabajo formal.
La característica propia de un plan social es: duración y montos limitados y contraprestación de servicios. Se lo deja de percibir ni bien el beneficiado se reinserta en el mercado laboral. Eso ocurre en los países con economías bien administradas.
Pero está el caso argentino, que escapa a todos los modelos conocidos o por conocer. El sistema de planes sociales se lo aplica en el país vecino desde comienzos de los años ’90. Para 2001, durante la crisis económica que hizo tambalear Argentina, las asignaciones llegaban a 1.600.000, equivalentes al 0,1% del producto interno bruto.
Transcurridos veinte años, hoy son mas de 12,1 millones y comprometen el 3,4% del PIB. En total, son 15 sistemas, muchos de los cuales superponen sus objetivos y crean un caos del cual se aprovechan sus beneficiarios por no existir control alguno que pueda frenar los abusos. Existen miles de familias que van ya por la segunda generación de “planeros” que nunca trabajaron.
Los políticos populistas saben aprovecharse de esta faceta enferma del sector público argentino. Han construido una red que controla estos planes obligando a sus beneficiarios a votar por determinados candidatos amenazándolos con sacarlos del sistema. Se calcula que son entre 6 y 8 millones de votos cautivos, cantidad suficiente para volcar cualquier resultado electoral.
Nadie, ni Gobierno ni oposición han hecho el menor esfuerzo por dar vuelta este increíble derroche de dinero público. En 2023 habrá elecciones generales. Bastará un discurso del Gobierno en el poder anunciando la asignación básica universal -el “plan de planes”- para asegurarse el voto de los “planeros”.
¿Demencial, suicida? No, realismo político, aún a costa de hacer saltar todo. Cual drogadicto terminal, Argentina no puede librarse de su adicción a los planes sociales so pena de sufrir el síndrome de abstinencia.
