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Sin margen para equivocarse

El mes de abril del 2023 no es el único momento en el que Paraguay se paraliza por lo que representan las elecciones presidenciales y lo que esto significa para el presente y futuro de la población. Tiempos que a su vez están muy ligados con el pasado que en los meses previos al sufragio nacional nos queda cómo electores responsables tomarnos el tiempo para evaluar lo que han hecho ayer los candidatos y consiguientemente premiarlos y castigarlos en las urnas. Muy cerca de Paraguay,do se está previendo para elegir a su próximo presidente en octubre de este año.Hay elecciones en Brasil, el país con el que tenemos la frontera común más larga, la poblaciòn migrante más numeroso y una economía altamente dependiente de su comercio.

Un tiempo muy serio donde el brasileño dejará en claro por quién va, teniendo en cuenta los hechos pasados con Lula quien ya fue presidente dos periodos y salpicado con escándalos de corrupción y Bolsonaro que subestimó el covid y que costó la vida de más de 600 mil brasileños entre otras cosas. Los brasileños deben evaluar a ambos y premiar o castigar sus acciones actuales y pasadas.

A los 76 años de edad el ex presidente Luis Ignacio Lula de Silva que fue encarcelado por casos de corrupción en el 2018 dice que tiene voluntad y apoyo para volver al intenso rodeo de ser el primer mandatario de un Brasil muy golpeado en pandemia. En las encuestas está muy por delante de Bolsonaro pero todavía faltan meses para los comicios.

Urgencias necesarias
Biden ganó a Trump sobre los efectos de la pandemia y fue elegido y con sus años a cuestas intenta acertar en el difícil oficio de administrar un país que es cómo un continente por su dimensión y la variedad de pobladores pero enfrentado a una inflaciòn galopante y a la guerra de Rusia contra Ucrania.

Cómo ciudadanos ya no podemos improvisar sobre la hora en temas cómo la atención de salud, vivienda, educación seguridad, transporte y toda urgencia que tengamos que resolver para evitar que nuestro país quede diezmado por malos gobernantes.

También ya deben tener planes claros de que hacer para hacer frente a un mañana que se ha convertido en incertidumbre y miedo para una gran parte de la población. Estamos obligados a acertar, no podemos seguir equivocándonos en esta marcha hacia una democracia de alta calidad. Notamos que el llevar adelante programas y políticas de gobierno son cosas serias y no pueden quedar resumidas para hacer, leer, hablar, y gobernar seriamente algo que no solo demandan ciudadanos paraguayos y brasileños sino todo aquel en un planeta que tiene marcadas sus fechas de cambio de presidentes.

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