Una de las cuestiones centrales dentro de la situación en la que vivimos en el Paraguay tiene que ver con la escasa capacidad que hemos tenido de prepararnos para el tema de la renegociación del Anexo C. Ya el Brasil está presentando cuál va a ser su propuesta y está ofreciendo ventajas para los inversores con una energía mucho más barata que la contratada hasta el momento.
Nosotros seguimos esperando y pensando que quizás el azar o la fortuna salga a favor de nosotros, pero no nos preparamos para merecer una buena nota, es como ese mal alumno que no estudia, que no hace los deberes, que no trabaja durante todo el año y va a rezarle a algún santo para que le dé fuerzas y pase el examen con buenas notas.
Los paraguayos nos merecemos una Comisión que realmente le diga al país, en las condiciones actuales, qué es lo que tiene que hacerse y qué es lo que más conviene a nuestros intereses.
Manejamos tan mal todo lo que sea cuestiones financieras que ahora hasta el propio Ministerio de Hacienda dice que ya no tiene dinero para enfrentar el tema de la contingencia sanitaria y en vez de reducir el número de empleados públicos, dejar de pagar grandes cantidades de dinero, bonificaciones y otras ventajas durante todo este año pandémico, ahora quieren apretarle al Congreso para que de nuevo les otorgue un nuevo empréstito al país para hacer frente a las contingencias actuales.
El Gobierno nada hace para cortarse la carne y menos aún para prepararse ante contingencias que pueden definir la cantidad de recursos con que podamos contar los paraguayos a partir de la finalización del Tratado de Itaipú en su anexo C, que será dentro de un par de años.