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Siete cosas que un político debe repetirse

  1. Los cargos son pasajeros. Los cargos llegan a veces por méritos, a veces por suerte; suelen ser accidentes del destino y de la política. Pero también producto de la perseverancia y de la inteligencia. Pueden ser prolongados o repentinos. Merecidos o no. Es un hecho que tienen un ciclo de vida. Un político no puede enamorarse de su cargo, porque inevitablemente tendrá que dejarlo en algún momento. Voluntaria o involuntariamente.
  2. El poder acaba. Cuando se está en el poder, se vive en un espejismo. El poder parece eterno; no hay enemigos que puedan contra él. El político piensa que siempre será así; que es una gracia concedida por el pueblo para siempre. Es una de las tantas caras de la soberbia. Se cae en la cuenta de que el poder es pasajero, solo cuando el político lo ha perdido.
  3. Usted es lo que es sin poder. El poder es un préstamo de las circunstancias. Y del pueblo. Y usted es producto de eso. No se crea usted que es el poder en sí mismo. Lo encarna como un personaje en una obra de teatro. En un escenario del que tendrá que bajarse una vez que termine la función. Entonces será lo que realmente es. Eso que era antes de tener el poder.
  4. Usted es el cargo. La gente lo busca, los poderosos lo procuran; la prensa lo cuestiona y lo hace relevante; los suyos le presumen. Pero no olvide que es el cargo lo que lo hace relevante. Lo que hace que todos quieran conocer su opinión, su vida y sus preferencias políticas. Pero todo eso no es usted: es el cargo que ostenta.
  5. Prepárese para no ser. Usted debe saber que algunos de los costos del poder cuando termina, es el olvido o el escándalo. Los enemigos salen a cobrarle sus agravios y los amigos de ocasión, se retiran a buscar a quien ahora tiene el poder. Usted estará solo e indefenso. Se sentirá olvidado. No hay manuales que expliquen cómo comportarse ante el no ser.
  6. La política es injusta. La política es un reflejo de la vida. En ella hay más injusticias que benevolencias. Hay momentos agrios los más y momentos de euforia los menos. La política es injusta, porque injusto es el mundo y la política también es un reflejo de ello. Quien asume el ejercicio de la política, debe saber que ésta, es una regla inflexible.
  7. Lo que haga hoy se lo reclamarán mañana. Todo ejercicio del poder tiene consecuencias. Todo lo que haga o no haga hoy, se lo refutarán el resto de sus días. Y siempre la gente guardará la peor versión de los hechos.
Guadalupe Robles
Guadalupe Robles
Gerente de Relaciones Institucionales del Grupo Debate. Politólogo por la UAM. Doctor en Derecho de la Información. Profesor-Investigador. Lector disperso.

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