El invierno puede presentar desafíos adicionales para las personas que sufren de psoriasis, una enfermedad crónica de la piel. Conozca cómo afecta el clima frío a los pacientes y qué medidas pueden tomar para aliviar los síntomas.
La psoriasis es una enfermedad de la piel que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la aparición de manchas rojas, inflamadas y escamosas en la superficie de la piel. Si bien esta condición es crónica y puede manifestarse en cualquier época del año, el invierno puede presentar desafíos adicionales para los pacientes.
Según la doctora María Paz Fabio, médica dermatóloga y especialista en psoriasis, durante el invierno, las bajas temperaturas, la humedad reducida y la exposición limitada al sol pueden agravar los síntomas de la psoriasis. El frío extremo puede causar sequedad en la piel, lo que conduce a un aumento de la irritación y el picor. Además, el uso frecuente de sistemas de calefacción puede resecar aún más el ambiente, empeorando los síntomas, de acuerdo a la especialista.
“La falta de exposición al sol también puede ser un factor desencadenante. La radiación ultravioleta presente en la luz solar puede tener un efecto positivo en la psoriasis, ya que ayuda a reducir la inflamación y promueve la producción de vitamina D, que es beneficiosa para la piel. Durante el invierno, cuando los días son más cortos y hay menos luz solar disponible, los pacientes pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas”, refiere la doctora Fabio.
Es importante que los pacientes con psoriasis tomen medidas para cuidar la piel durante el invierno. La doctora Fabio refiere que un punto esencial a cuidar es la hidratación, lo cual se puede atender aplicando regularmente cremas hidratantes en la piel, las cuales ayudan a combatir la sequedad causada por el clima frío. La profesional recomienda optar por productos suaves e hipoalergénicos que no contengan fragancias ni productos químicos irritantes.
La temperatura de las duchas también se debe tener en cuenta en invierno. Se recomienda evitar los baños calientes prolongados, ya que el agua caliente puede resecar la piel. Como alternativa se indican duchas o baños tibios con una duración de unos pocos minutos. Se pueden añadir aceites naturales o avena coloidal al agua puede proporcionar alivio adicional.
Para protegerse contra el frío se recomienda elegir ropa adecuada. Los materiales suaves y transpirables son preferibles, como el algodón, ya que reducen la fricción y la irritación en la piel.
Asimismo, la calefacción excesiva debe evitarse ya que el aire caliente y seco de los sistemas de calefacción puede agravar la sequedad de la piel. Se pueden utilizar humidificadores para agregar humedad al ambiente y mantener la piel hidratada.
Finalmente, la consulta a un dermatólogo es la recomendación más importante. En caso de experimentar un empeoramiento significativo de los síntomas durante el invierno, es imprescindible buscar atención médica. Un dermatólogo puede evaluar la condición del paciente y recomendar tratamientos específicos, como cremas tópicas o terapias de luz, para controlar la psoriasis.
Para acceder a más consejos y noticias actualizadas sobre los últimos tratamientos para esta condición de la piel, se encuentra disponible la comunidad Hablemos de Psoriasis PY en Facebook e Instagram, bajo la dirección de la doctora María Paz Fabio.
Fuente: Agencia IP
