La sentencia contra los González Daher, para muchos, ha sido una clara muestra de la intervención de Estados Unidos en los asuntos judiciales y en los temas que forman parte de la agenda de ese país para con nosotros.
No hay otra manera que puede interpretarse que cuando un propio miembro de la administración paraguaya -el viceministro de tributación- reconoce que González Daher era un intocable en los periodos anteriores, que nadie podía revisar sus números -ni mucho menos- lo que demuestra claramente que el claro sesgo político que tenían los administradores de turno para con él.
Esto es una situación que tiene que ser evaluada en función también de cuántas responsabilidades son locales y de qué manera y por qué se callaron, se taparon el oído, la boca y los ojos nuestros administradores para con este caso y si realmente estás una oportunidad histórica para hacer una profunda limpieza del sistema judicial paraguayo. Algunos dirán que esto no pasará más que de una mera anécdota y será una cuestión como para decir “no todo está perdido” para luego volver a retornar a lo mismo y conocido de siempre. Eso sería verdaderamente una tragedia.
El Paraguay tiene que entender que si no modificamos las pautas de comportamiento de nuestra justicia, que tienen una directa implicancia con la manera en que la política se gerencia en el país y el costo que tiene la corrupción en nuestra patria, no vamos a cambiar nada.
Hasta ahora percibimos que el interés norteamericano ha sido determinante a la hora de firmar los quince años de prisión para González Daher y los cinco para su hijo; y también la sentencia que había tenido el ex senador González, hermano del condenado el pasado día viernes.
Hay que mirar hacia adentro, limpiarnos por de otro y no esperar que intervengan otros para hacer la tarea que no corresponde.
