Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
La salida del presidente de la Dinac, Édgar Melgarejo, presionado por la opinión pública, los escándalos de corrupción en la compra de tapabocas y en otros miles de negocios que no conocemos y ahora deberían salir porque en el Paraguay nos contentamos con la sola renuncia del corrupto, y tratar de olvidarse por un cierto tiempo para luego volver a retornar y hacer como Sísifo, el que levantaba la piedra a la cumbre de un cerro para que luego se desplomara de nuevo al suelo.
Édgar Melgarejo ya había sido acusado de corrupción y de estafa cuando era empleado público del Crédito Agrícola de Habilitación, ahora simplemente volvió, lo que genéticamente pareciera ser parte de su conformación cultural, había sido el recaudador de fondos para la campaña de Abdo, por eso le costó tanto deshacerse de él que por todas las evidencias que finalmente concretó su renuncia anoche y confirmó esta mañana. Es el tiempo de buscar a las personas que realmente valgan por su capacidad y no por su excelencia a la hora de recolectar dinero sucio que luego suele ser recuperado cuando esa persona recolectora le toque un cargo público importante en aduanas o en cualquier otra repartición donde corra dinero. Hay que cambiar la manera de hacer política y tanto el elector como quienes los eligen deberían ser guiados por una nueva ética, la del servicio y la de la austeridad.
