Las investigaciones en torno a la pornografía infantil deben ser constantes y permanentes. Es un gran problema a nivel global y que en el Paraguay no ha dejado de tener referencias en los últimos años.
Es hora de tener un mecanismo que no solamente en términos mediáticos aparezca con procedimientos como los que se ha llevado en las últimas horas, sino que sean permanentes y de estricto control por parte de nuestras autoridades.
La difusión de las redes con internet ha profundizado aún más este problema de vieja data en la humanidad. En algunos países han colocado leyes mucho más duras contra aquellos que se dedican a esta actividad tan deleznable.
Por otro lado también habría que buscar mecanismos que cuiden y protejan con mayor eficacia a nuestros niños, ya sean en familias constituidas o separadas, en donde todavía los mecanismos de cuidado deben ser mucho mayores.
Ciertamente este es un problema complejo, holístico, tiene varios referentes en el mismo.
Está el tema de la familia, la propia sociedad tolerante a este tipo de cosas; un país que tiene el 85% de abusos infantiles en las casas y casi un 15% de incesto en un país católico, demuestra que hay muchas cosas que vienen fallando en nuestra estructura social desde hace mucho tiempo.
La cuestión de intervenir a las personas que se dedican a este deleznable propósito está muy bien y debe continuar, pero para enfrentar el problema hay que ir a todos los actores para realmente conseguir efectos duraderos y de largo plazo