martes, noviembre 18

Sabiduría y silencio

La sabiduría consiste en manejar mucho y bien el conocimiento sobre cualquier tema del que se hable, más debemos entender que el más sabio no es el que más hable sino el que sabe escuchar, ya decía el filósofo griego Pitágoras; «Escucha, serás sabio», no veía el silencio como la ausencia de palabras, sino como una condición previa al conocimiento. Por ende, si busca llegar al punto más importante del control del conocer, es importante que escuche más que hablar. Algunos solo por hablar a veces “más de la cuenta” presumen saber más que la audiencia, se equivocan. 

El sabio Pitágoras no era un filósofo ordinario. Fundó en Crotona, en la Magna Grecia (actual sur de Italia), una comunidad que combinaba la filosofía, la religión, las matemáticas y una estricta ética de vida.  A sus discípulos se les conocía como pitagóricos, no sólo estudiaban números y geometría, sino también practicaban la meditación, la dieta vegetariana, la vida austera… y, sobre todo, el silencio. No está mal hablar, comunicar o transmitir ideas, lo que importa siempre es saber escuchar para asimilar adecuadamente el comunicado y aprender lo que esté estudiando o presenciando. Porque durante los primeros cinco años en la escuela pitagórica, los iniciados no podían hablar. 

El silencio era una forma de “reiniciar la mente”. Un reinicio que hoy día muchos buscan en sus momentos de yoga, ejercicios mentales o físicos lo busca hacer para en sus meditaciones lograr encontrar respuestas en su interior en torno a cualquier dilema que enfrenten.

Claves para entender

La pedagogía del silencio pitagórico tenía un objetivo profundo: formar no solo mentes brillantes, sino seres íntegros. En su comunidad, el silencio era una disciplina iniciática que permitía deconstruir al aprendiz del ruido del mundo exterior para iniciarse en la comprensión del orden matemático del universo.

En la escuela pitagórica los números eran la esencia de todas las cosas, de ahí que la escuela se centrará en el estudio de las matemáticas y la geometría.

También insistía en;

  • El principio de la Realidad: Sostenían que el número es el principio fundamental (arché) de todas las cosas y la explicación de la realidad.
  • La naturaleza ordenada: El universo está regido por proporciones matemáticas, lo que genera armonía y orden (de ahí el término cosmos, que significa orden).
  • Los números Figurados: Relacionaban los números con formas geométricas (el uno es el punto, el dos la línea, el tres la superficie, el cuatro el volumen).

¡Debemos tener en cuenta que el silencio es un recurso increíblemente valioso! En un mundo saturado de ruido constante (externo e interno), su importancia radica en los profundos beneficios que aporta a nuestra mente, cuerpo y capacidad de conexión.

Y Pitágoras no contaba con resonancias magnéticas ni estudios clínicos, su intuición sobre el poder del silencio ha encontrado respaldo a la neurociencia contemporánea. 

El silencio tiene beneficios mentales y cognitivos. da un descanso al cerebro. Reduce la sobrecarga de estímulos, permitiendo que se relaje y se «resetee», como si fuera una computadora, que al restaurarse logra ordenar el sistema y trabajar en orden. Por eso en nuestra infancia nuestros padres insistían en hacer silencio a la hora del descanso, en la siesta o la noche. Algunas veces si no obedecíamos se materializaban castigos, de acuerdo al temperamento de cada padre. Pero tenían razón, una pena que años después nos demos cuenta de su aviso. Ahora ya tenemos la referencia de un importante filósofo y su teoría sobre el “silencio y la sabiduría” pero con menos más filosóficos,