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Revolución en el transporte

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Es lo que hace falta para entrar realmente al siglo XXI

Se hace cada vez más evidente la necesidad de transformar el sistema de transporte público del Paraguay mudando del actual caos de líneas enredades como si fueran un plato de spaghettis -como dijera hace un montón de años un consultor israelí- hacia un transporte moderno, eficiente y realmente al servicio del usuario. Tanto el Gobierno central como las administraciones municipales saben de sobra que el denigrante servicio de camiones de carga que existe en la actualidad no da para mas. Lo saben muy bien pero no hacen nada para remediarlo por varias razones.

Primero, el contubernio entre políticos y transportistas no tiene la menor intención de romper una sociedad de negocios muy lucrativa formada por el reparto de itinerarios, la fijación de tarifas, el reparto de subsidios y la nueva incorporación a este negocio combinado, las tarjetas Jahá. Este es un festín de muchos billones de guaraníes al que no piensa renunciar la cofradía que se enriquece desde hace décadas. A este menú hay que agregar un componente para nada menor: todos los camiones -llamarlos ómnibus es demasiado- consumen gasoil, otro bocado exageradamente grande y nutritivo para la conferencia anual de buitres que participan de él. Cerramos el combo con la importación de unidades nuevas, una rareza digna de figurar en los clásicos Ripley de fenómenos.

Se podrá argumentar que esta es una visión extremadamente negativa del sector transporte. Pero es mejor no hacerlo. Basta con consultar con cualquier pasajero, a cualquier hora, en cualquier parada del gran Asunción para tener instantáneamente el humor negro que los acompaña todos los días. Los camioneros se burlan del usuario, los maltratan mañana, tarde y noche y encima, como no se les da lo que quieren, amenazan con más paros si no les liberan la tarifa.

No estamos diciendo que romper esta maffia político-camionero-gasolera sea fácil. Va a requerir valor político e integridad ciudadana. Pero más que nada, capacidad para diseñar un programa de reconversión que nos lleve paulatinamente a un transporte público del siglo XXI, limpio, silencioso, eficiente y que dignifique al usuario. Sería una auténtica revolución, pasando del consumo de hidrocarburos que serán cada día más caros, a energía eléctrica de la cual dispondremos aún por un buen tiempo a tarifas sostenibles y de producción propia.

Será el futuro o el atraso.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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22-11-24