Algunos países agregan días de clase tras la pandemia
“Ir a la escuela supone una infinidad de ventajas para los estudiantes. Entre otras cosas, verán aumentadas sus destrezas y tendrán la posibilidad de desarrollarse en el ámbito personal, emocional y social. Además de ser divertido para el niño el tiempo en la escuela, es indudable que aumenta sus habilidades y la conciencia social, así como sus capacidades y aptitudes”. El párrafo fue extraído de un artículo publicado en la Revista Internacional de Educación de la Universidad de Murcia, España, en el cual se analizan las consecuencias en los niños del cierre de escuelas por Covid-19 y el papel que le cabe al Gobierno, a los maestros y a los padres en la tarea de recuperar el tiempo perdido y revertir sus efectos en el proceso educativo. “En la experiencia sueca -relata el informe- se ha comprobado que con sólo diez días de escolarización extra se elevan significativamente las puntuaciones en las pruebas de evaluación de conocimientos, en especial lenguaje y matemáticas”.
Algunas sociedades decidieron poner en práctica esta idea. El gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires inició el año lectivo agregando 12 días al calendario de 180 que rige en dicha ciudad. Además, los alumnos de 6° y 7° grado entraron a la modalidad de jornada extendida que agregará otros 90 días de clase a ese segmento escolar. Algo similar se lleva a la práctica a nivel país elevando la jornada educativa de 4 a 5 horas. Ecuador, por su parte, se separa del lote con una escolaridad de 200 jornadas anuales.
¿Aumentar los días de clase es un remedio universal para todas las carencias generadas por la pandemia?
Evidentemente no, pero ayuda mucho. Juan Carlos Yañez, doctor en pedagogía por la Universidad Nacional de México, describe la escuela pública como un “símbolo de la esperanza de millones y millones de latinoamericanos, pese a las carencias, a políticas con frecuencia desatinadas, con financiamientos crónicamente insuficientes, a veces empantanadas o convertidas en botines políticos”.
Con todos sus peros, dice, la escuela es un protagonista insustituíble en la formación de niños y adolescentes y su ausencia deja sedimentos de ansiedad y angustia a duras penas contenidos por la familia.
Paraguay decidió quedarse este año en 181 días de clase. Es lo que el MEC y los sindicatos acordaron. Será cuestión de ver y comparar resultados a fin de año.