Es la primera fase de un programa que uno de sus responsables ha descrito “como un maratón y no un sprint”. La agencia reguladora de medicamentos (MRHA) anunció el pasado miércoles que había autorizado el uso de la vacuna creada por Pfizer y BioNTech. La primera entrega de las 800.000 dosis iniciales, de un contrato de 40 millones firmado entre el Gobierno y el consorcio farmacéuticos, ha ido llegando en diferentes remesas desde el jueves procedente de una factoría en Bélgica.
Cincuenta hospitales en Inglaterra serán nodos de distribución, por contar con instalaciones capaces de preservar la vacuna a -70º. La MRHA ha dado su visto bueno a un procedimiento de separación de las dosis, que llegan en envases de 975. Facilita su transporte y su uso en los cinco días de estabilidad que tiene la vacuna, cuando se mantiene entre 2º y 8º, según el delegado del fabricante en Reino Unido.