Una mujer fue asesinada durante una visita privada a su pareja, Bernardo Concepción López Sosa, quien se encuentra recluido en la Penitenciaría Regional de Emboscada Padre De la Vega. El nombre de la víctima fatal es Vanessa Gissel Villalba, de 28 años.
De acuerdo con los datos proporcionados por el Ministerio de Justicia, la víctima habría muerto de asfixia por estrangulamiento.
Según el Ministerio de Justicia, López Sosa confesó el crimen y, por este motivo, fue catalogado como un caso de feminicidio. El reo cumple desde hace cuatro años una condena por homicidio doloso en el penal.
El recluso fue apartado posteriormente de la población penitenciaría para que se realicen las diligencias de investigación correspondientes.
CONDUCTA CRIMINAL
Para explicar la reincidencia de un hecho de violencia extrema, el psicólogo forense Eduardo Bieber señaló que si bien el sistema de rehabilitación penitenciario no es eficaz, el criminal podría tener rasgos de trastornos paranoides o psicóticos.
“Hablamos de personas muy controladoras y celosas. Generalmente, los feminicidas tienen rasgos de trastornos antisociales. Para casos así, de reincidencia, la rehabilitación es demasiado compleja”, relató.
En esta misma línea, el profesional señaló que únicamente el 60% de los agresores domésticos logra rehabilitarse y dejar atrás las conductas violentas, a partir de un tratamiento psicológico exhaustivo e integral.
“Los que más reinciden son los que tienen rasgos antisociales o psicopáticos. Generalmente, los delincuentes jóvenes son los que más reinciden, pero todo depende a su vez de la influencia del ambiente”, argumentó.
SIN REMORDIMIENTOS
En la mente de un feminicida que posee rasgos psicóticos no existe el remordimiento, detalló Bieber.
“Además de los psicópatas, una persona muy narcisista tampoco puede experimentar arrepentimiento”, mencionó.
